Las principales compañías petroleras señalaron que siguen bajo una presión financiera extrema y los precios del petróleo cayeron el jueves a medida que la demanda de combustibles fósiles se recupera lentamente después de ser aplastada por la pandemia de coronavirus.

A pesar de una modesta recuperación económica, las empresas del petróleo y gas están siendo golpeadas por una caída sostenida en el consumo de gasolina y combustible para aviones, ya que millones de personas trabajan desde casa y evitan conducir y volar. Eso se combina con preocupaciones a largo plazo sobre la competencia futura de la energía renovable y los vehículos eléctricos para reducir el valor de muchas compañías de petróleo y gas a mínimos de una década.

El índice bursátil de las empresas estadounidenses de petróleo y gas ha bajado aproximadamente 55% en 2020, incluso cuando el mercado de valores en general ha subido ligeramente. El jueves, los precios de las acciones de Royal Dutch Shell y BP alcanzan nuevos mínimos de 25 años y Exxon Mobil y Chevron también cayeron. Los precios del crudo estadounidense cayeron a alrededor de US$38 el barril el jueves por la tarde, niveles en los que la mayoría de las empresas no pueden producir de manera rentable.

Exxon y Shell dijeron esta semana que partes clave de su negocio continuaron luchando durante el verano (boreal) y principios del otoño, lo que afectará los resultados del tercer trimestre que reportarán en las próximas semanas.

Exxon advirtió que esperaba que las ganancias de su unidad de producción de petróleo mejorarán hasta en US$1.800 millones con respecto al segundo trimestre, pero que sus ventas de gas natural y su negocio de refinación podrían perder más dinero. Los analistas pronostican una pérdida trimestral de más de US$500 millones cuando la compañía informe el 30 de octubre, lo que marcaría su tercer trimestre consecutivo en números rojos.

Shell dijo el miércoles que recortaría hasta 9.000 puestos de trabajo en una amplia reestructuración y advirtió que también estaba preparada para reportar ganancias pobres en el tercer trimestre, incluida una segunda pérdida trimestral consecutiva en su negocio de producción de petróleo y gas. Los recortes de puestos de trabajo planificados siguen movimientos similares en pares como BP y Chevron para controlar los costos en medio de la pandemia. Exxon ha dicho que está llevando a cabo una revisión de la fuerza laboral, lo que podría dar lugar a despidos.

Estas pésimas ganancias de petróleo y gas de este año han disuadido a muchos inversionistas, que siguen sin entusiasmo por el sector a pesar de un modesto repunte de los precios del crudo desde los mínimos históricos de esta primavera.

Los jugadores independientes más pequeños continúan enfrentando una lucha por la supervivencia. El miércoles, el perforador de esquisto con sede en Houston Oasis Petroleum se acogió al Capítulo 11, uniéndose al menos a otras tres docenas de productores de petróleo y gas de América del Norte en busca de protección por quiebra este año, según el bufete de abogados Haynes and Boone.

“Debido a la demanda de energía y los precios de las materias primas históricamente bajos, determinamos que es mejor para Oasis Petroleum tomar medidas decisivas para fortalecer nuestra liquidez y superar los vientos en contra que ahora desafían tanto a nuestra empresa como a la industria”, dijo el presidente ejecutivo de Oasis, Thomas Nusz, en un comunicado.

A medida que sigue aumentando el número de infecciones mundiales por Covid-19, el regreso de las restricciones que podrían reducir el número de automóviles en las carreteras y la actividad económica general está generando pesimismo en el mercado de que la demanda de petróleo tardará mucho en recuperarse. El Ministerio de Energía de Rusia ha dicho que no espera una recuperación rápida, mientras que Vitol Group, el mayor comerciante de petróleo independiente del mundo, dijo a principios de esta semana que no espera que los precios del petróleo aumenten hasta 2021.

“El lado de la demanda en la ecuación seguirá amenazado durante el cuarto trimestre del año, con un aumento de los casos de Covid-19 a un ritmo alarmante, sobre todo en Europa, que ya ha impuesto nuevas restricciones para reducir el número de casos”, dijo Paola Rodríguez-Masiu, analista de Rystad Energy.

Rystad espera que alrededor de 150 productores adicionales de petróleo y gas de América del Norte se declaren en bancarrota para fines de 2022, si los precios del crudo se mantienen alrededor de US$40 por barril.

Estados Unidos genera ahora menos de 11 millones de barriles de petróleo al día, frente a los 13 millones de barriles diarios a principios de este año, según muestran los datos de la Administración de Información de Energía. Dos tercios de los ejecutivos de petróleo y gas que respondieron a una encuesta reciente del Banco de la Reserva Federal de Dallas dijeron que creen que la producción de petróleo de Estados Unidos nunca se recuperará por completo.

Mientras tanto, el consumo interno de gasolina y destilados, incluido el diésel, sigue deprimido, aproximadamente 9% menos que hace un año, según la Administración de Información Energética (EIA). Eso pesa sobre refinerías como Marathon Petroleum, que dijo que despedía a unos 2.000 empleados. Muchos de esos recortes están vinculados a la reciente decisión de la empresa de mantener inactivas indefinidamente dos de sus refinerías. En total, Marathon Petroleum está recortando alrededor del 12% de sus puestos de trabajo, excluyendo puestos en su cadena de gasolineras Speedway, que 7-Eleven acordó comprar.

Para las principales compañías petroleras con grandes negocios de gas natural licuado, los analistas esperan márgenes más débiles. El GNL se vende a través de contratos a largo plazo en los que los precios suelen estar vinculados al petróleo con un retraso de tres a seis meses. Eso significa que la caída de los precios del petróleo a principios de este año alcanzó el GNL solo durante el tercer trimestre.

“El entorno macro ciertamente fue muy difícil y la rentabilidad se habrá deteriorado en la refinación y el GNL”, indicó Irene Himona, analista de Société Générale, quien espera otro trimestre difícil para las principales compañías petroleras.

Las dudas a más largo plazo también nublan las perspectivas de la industria. BP dijo en septiembre que la demanda mundial de petróleo ya podría haber alcanzado su punto máximo y que potencialmente nunca se recuperaría a los niveles prepandémicos.

Aún así, algunos ejecutivos tienen la esperanza de que la reducción de la inversión en la producción de petróleo y gas este año resulte en precios más altos del petróleo en el futuro. Total ha elaborado un plan de inversión a 10 años basado en un precio de US$50 el barril para el índice de referencia del petróleo crudo Brent. El jueves, el petróleo Brent se cotizaba a unos US$41 el barril.

“Estamos en US$40 en medio de una gran crisis en la que hemos visto un gran exceso de oferta y una enorme falta de demanda”, sostuvo a los inversionistas el presidente ejecutivo de Total, Patrick Pouyanne, esta semana. “Estoy seguro de que en dos o tres años veremos precios más altos”, agregó.