Dentro de las múltiples industrias que están siendo severamente afectadas por el coronavirus, está la de casinos de juego. El principal actor del mercado local, Enjoy, inició hace poco más de un mes un procedimiento de reorganización judicial con el que busca evitar su quiebra debido a sus deudas por alrededor de US$ 465 millones.
Los mayores accionistas de Enjoy son Entretenciones Consolidadas SpA -una firma perteneciente al fondo de inversión Advent Latin America Private Equity Fund VI Limited Partnership (“LAPEF VI”)- que tiene un 34,4% de la propiedad, y la familia Martínez Seguí, que a través de dos vehículos de inversión, ostenta el 26,12%. Ambos grupos, tanto el fondo de origen norteamericano como la familia chilena, tienen un pacto de accionistas -sin actuación conjunta- a través del cual controlan la compañía.
Distintas fórmulas de financiamiento está evaluando Enjoy -que opera casinos en plazas como Punta del Este, Mendoza, Coquimbo, Viña del Mar, Pucón y Puerto Varas- para hacer viable la operación de la compañía en el futuro. Entre estas opciones está una posible capitalización de su deuda.
“Es una posibilidad abierta y tenemos interés de mercado”, dijo el gerente general de Enjoy, Rodrigo Larraín, en una conferencia telefónica con analistas esta semana. Lo que sí descartó de plano es que estén en un proceso de venta del ex hotel Conrad de Punta del Este, en Uruguay.
Sin embargo, esta propuesta de capitalización de deuda ya la hizo el fondo Advent a los acreedores de la reestructuración hace algunos días. En particular, conocedores de las negociaciones detallan que la firma de capital privado habría ofrecido canjear el 75% de la deuda valista en acciones. Fue ahí donde se topó con fuerte “no” de los acreedores locales, debido a que el precio ofrecido lo estimaron “ridículamente alto” -ocho veces el precio actual-, lo que implicaría muy poca dilución en la estructura de la propiedad de Enjoy por parte de Advent y los Martínez, que quedarían prácticamente con el mismo 60% de la compañía.
Fuentes cercanas a este proceso aseguran que tanto tenedores de bonos locales, que totalizan alrededor de US$ 170 millones -donde destacan firmas como EuroAmerica y Banchile-, e internacionales que alcanzan unos US$ 195 millones y donde resalta Moneda Asset Management, le habrían hecho ver a Advent que su postura era poco presentable. En el caso de la deuda internacional la idea del fondo internacional es aplazar los pagos que ya están garantizados. Los bonistas locales no tienen garantías.
“Advent no quiere poner ni un solo peso”, reclama alguien cercano a un tenedor de deuda de Enjoy. Y eso lo dejó en claro el gerente general de la firma esta semana en el llamado con inversionistas, donde echó por tierra un aporte adicional de Advent, firma que habría perdido cerca del 90% de su capital invertido en la operadora de casinos. De todos modos, reiteró que sí estarían dispuestos a una capitalización de la deuda o aumento de capital de terceros, incluso entendiendo que esto implicará una dilución.
El silencio de los Martínez y del family office de los Solari Donaggio
Los bonistas de Enjoy están mirando de reojo cómo Latam Airlines está manejando su delicada situación financiera y ejemplifican que “ese es un modelo más serio de reestructuración con sus acreedores: los accionistas antiguos dan por perdida su plata y si quieren seguir manejando la empresa, tienen que poner plata fresca”.
Pero los dardos no sólo apuntan a Advent. Se preguntan qué tendrá que decir y hacer la familia Martínez en esto, al igual que esperarían un rol más activo de Megeve, el family office de los Solari Donaggio, accionistas de Falabella, que serían socios de Advent en la empresa que invierte en Enjoy, con un alrededor de un 5% de la propiedad de dicho vehículo. De hecho, tienen a un director sentado en Enjoy, Nicolás Bañados, quien es managing director de capital privado en Megeve.