Un escenario complejo y desafiante es el que anticipa Fitch Rating para las empresas chilenas en medio del proceso constitucional. La clasificadora de riesgo advierte a los inversionistas de que, en 2021, se profundizará la tendencia a la baja en las inversiones del sector corporativo.
Las medidas de confinamiento por el coronavirus obligó a las empresas a reducir sus gastos y sus inversiones de capital, para así aumentar la liquidez en medio de la crisis.
“El 25 de octubre de 2020, los votantes chilenos aprobaron un referéndum para redactar una nueva constitución. Aunque se esperaba, el resultado inyectó otra capa de incertidumbre económica en una economía que ya se vio afectada por la pandemia de coronavirus y la crisis social del 4T19. El 21 de noviembre de 2021, el país elegirá un nuevo presidente. Nueve meses después, decidirá si acepta o no el borrador de la nueva constitución”, explicó Fitch.
Según la clasificadora de riesgo, el proceso para definir una nueva Constitución afectaría el ambiente para las empresas en Chile, pues los cambios potenciales podrían incluir mayores impuestos corporativos, mayor regulación, restricciones a los derechos de agua propiedad del sector privado y mayores restricciones ambientales.
“La incertidumbre sobre el entorno económico y político profundizará la tendencia a la baja en las inversiones del sector empresarial. Para 2021, Fitch espera que los emisores mantengan bajos niveles de inversión de capital, mientras mantienen su cautela sobre los gastos y los niveles de liquidez. A junio de 2020, los índices de apalancamiento bruto en la cartera se vieron afectados por la pandemia después de que el sector ya se debilitara por las protestas sociales del 4T19. Los indicadores de apalancamiento neto son más sólidos, ya que las empresas han abordado la pandemia fortaleciendo la liquidez”, agrega Fitch.