El dato de inflación de enero que salió el viernes pasado sorprendió al mercado al ser mayor que lo previsto. Este fue un 0,6% m/m, cuando nuestras estimaciones apuntaban a un 0,4% m/m, lo que significó que la inflación anual pasara desde 3,0% en diciembre a 3,5% en enero. Se observó un aumento en aquellos bienes cuyos precios están más ligados al tipo de cambio, e incluso, en el caso de paquete turístico, cuya estacionalidad indicaba una disminución según nuestras estimaciones, aumentó 10% m/m, acumulando un incremento de 52% en doce meses. Así, el IPC de enero de 2020 da cuenta de incrementos en precios en nueve de las doce divisiones que lo componen.
Este aumento, que si bien fue sorpresivo, estaba dentro del rango, ya que el traspaso desde tipo de cambio a inflación se esperaba que fuera cercano al 10-12%. Estamos hablando de un shock en el nivel de tipo de cambio de entre 80 a 100 pesos, que como lo estimábamos, tendría sus consecuencias en el IPC. También estábamos al tanto de que las empresas mostraban márgenes muy comprimidos y que la posibilidad de disminuir el traspaso era bajo. Sin embargo, creímos que este iba a ser más lento y el peak inflacionario llegaría a mediados de año.
Esto claramente cambió. Estamos esperando que la inflación anual llegue a su peak entre febrero y marzo, para que luego disminuya y fluctúe en torno a 3,2% y termine el año cerca de 3,1%. Nuestra estimación se basa en que la débil demanda compensará al aumento en el tipo de cambio, especialmente en la segunda parte el año, y mantendrá a la inflación controlada y cercana a la meta del 3% del Banco Central. Esto ya se comienza a observar en la inflación SAE (sin alimentos y energía), la cual es un claro reflejo de las presiones de la demanda, y que se ha mantenido bajo 3% anual desde noviembre de 2016, y en el último dato resultó un 2,5%, mismo valor por los últimos tres meses.
Esto refuerza nuestra visión que hacia la segunda mitad del año se abre la puerta para que el Banco Central disminuya su tasa de política monetaria (TPM), incluso hasta en dos oportunidades de 25pb cada una.
La economía mostrará un desempeño pobre durante todo 2020, creciendo sólo 1,0% según nuestras estimaciones, y si no fuera por el aumento en el gasto fiscal, sería bastante menor. Ante esto, es necesario una actuación coordinada de la política fiscal y monetaria.
A su vez, a mediados de año el Banco Central entregará los nuevos parámetros estructurales de la economía, en donde podría disminuir de manera importante el PIB potencial y TPM neutral. Por lo que si el Consejo del instituto desea mantener el actual estímulo monetario, debería disminuir la TPM efectiva. Este argumento fue utilizado en junio pasado, en donde hizo una recalibración de los modelos y disminuyó de manera sorpresiva la TPM en 50pb. Así, este fundamento puede nuevamente ser usado durante este ciclo.