Horst Paulmann y Andrónico Luksic no solo tienen en común que forman parte del top ten de personas más ricas de Chile. Ellos también llevan más tiempo en los directorios de las empresas que conforman el IPSA, el principal índice bursátil del país que agrupa a las 30 compañías más líquidas.

Mientras Paulmann está en el directorio de Cencosud desde hace más de 40 años, Luksic ha integrado la mesa de CCU por más de 32 años. Ambos, además, son controladores de las respectivas compañías.

Así lo constata el análisis sobre la duración de los directores en las empresas del IPSA realizado por el Centro de Gobierno Corporativo y Sociedad del ESE Business School de la Universidad de Los Andes.

El análisis realizado por el director de la entidad, Alfredo Enrione, y la investigadora Catalina Berner, consideró los 258 puestos que implican los directorios de las 30 empresas del índice. Otro resultado que revela es que los directores llevan en promedio 6,1 años en sus cargos, lo que equivale a dos períodos.

El 38,7% tiene menos de tres años en sus puestos, con un promedio de 58 años de edad. En el otro extremo, el 13,3% ha durado más de 12 años y en promedio tienen 67 años, donde son pocos los que pasan a un quinto período. En ese sentido, los autores remarcan que los que permanecen más de ese tiempo suelen ser los controladores de las firmas o personas de su confianza.

En ese sentido, consigna el documento, algunos actores están convencidos de que es necesaria una renovación para preservar la independencia y acotan los cargos a plazos cortos, como las AFP, quienes han implementado la política de no reelegir a sus representantes por más dos períodos, es decir, seis años. A su vez, hay otros que dicen que los directores necesitan más años para conocer los negocios a fondo, ser contrapesos efectivos y desarrollar las confianzas con la administración para influir y generar valor.

También se da a conocer que existen diferencias estadísticamente significativas en la antigüedad, dependiendo del sexo y de la nacionalidad. Así, mientras los hombres duran en promedio 6,3 años en sus cargos, en el caso de las mujeres la cifra llega a 3,9 años. De hecho, menos del 10% de las mujeres supera los nueve años en los directorios.

Respecto al factor nacionalidad, los chilenos duran en promedio 6,8 años y los extranjeros 2,7 años, donde el 70% de estos últimos está en su cargo por menos de tres años y son pocos aquellos que son reelectos por más de un período.

A nivel de empresas también existen diferencias. En algunas compañías el promedio de antigüedad de todos los integrantes del directorio supera los nueve años, como en Concha y Toro, Falabella y Grupo Security, mientras que, en otras, gran parte de los miembros ha sido elegido recientemente, como en Mall Plaza y Aguas Andinas.

La necesidad de la discusión

"Es hora que los directorios empiecen a cuestionarse cuánto deberían durar los directores en sus cargos a partir de la evidencia". La anterior es una de las principales conclusiones que arroja el análisis realizado por Enrione y Berner.

En ese sentido, según los autores, estudios recienten a nivel internacional indican que un director con más antigüedad tiene una incidencia positiva en la empresa, alcanzando su máximo de rendimiento cuando cumple nueve años en el cargo. Sin embargo, de ahí en adelante comienza un deterioro en el desempeño, especialmente en la función de monitoreo y de avances tecnológicos.

Para Enrione, "en Chile hay enormes diferencias en la duración entre los directores nombrados por los controladores y los independientes. En este sentido, siempre habrá una enorme diferencia en su capacidad de influir. Unos tendrán un mayor nivel de dominio del negocio, así como las relaciones y las confianzas para hacer pesar su opinión". Por ello, llama a las AFP, que son los principales actores que nombran independientes, a reconsiderar los plazos que tienen para las designaciones, pues si dejaran a los directores por más de seis años podrían tener un mayor impacto en los directorios.

Otra reflexión que surgió del análisis es que "los directorios deberían hacer esfuerzos por no sólo integrar a más mujeres y extranjeros a sus directorios, sino que también velar por su permanencia en sus cargos". Tanto ellas como los extranjeros están poco representados y permanecen por poco tiempo en las mesas, por lo que no alcanzan a tener mayor influencia en las decisiones y prácticas de gobierno corporativo.

"Así, deben existir esfuerzos para que las voces minoritarias puedan ser un contrapeso efectivo en la discusión, con el fin de que se tomen mejores decisiones", insta Enrione.

Agrega que, a la larga, la mayor diversidad trae puntos de vista diferentes y enriquece el análisis para la toma de decisiones, aunque en el corto plazo puede que algunos lo vean como algo negativo porque les obligaría a dar más explicaciones y a tomarse más tiempo para decidir.