Luego del inédito repunte en los precios de los activos financieros, el inicio del segundo semestre genera un manto de dudas para los inversionistas. En esa línea, grandes bancos de inversión ajustan sus portafolios y abren el debate sobre el escenario que interpretan los precios. En tanto, JP Morgan proyecta una recuperación “relativamente fuerte” para Chile.
El desempeño de Wall Street preocupa, ya que la temporada de resultados corporativos correspondientes al segundo trimestre en EEUU podría ser una importante dosis de realidad.
En ese sentido, los bancos de inversión debaten, pues algunos aún ven valor en las acciones, otros miran con cautela.
Michael Strobaek, CIO de Credit Suisse es enfático: “Mientras nos adentramos en el segundo semestre, con confianza sobre nuestro posicionamiento ahora más prudente, nos abrochamos los cinturones de seguridad para el viaje que nos espera, y recomendamos que los inversionistas también lo hagan”.
Según explica Strobaek en una nota respecto a la segunda mitad de 2020, los ajustes de Credit Suisse se basan en que muchas de las positivas noticias económicas ya están incorporadas en los precios.
En segundo lugar, el CIO del banco de inversión suizo destaca que la temporada de resultados corporativos generará nerviosismo en los mercados.
“En este contexto desafiante, creemos que los mercados pueden estar sujetos a un comercio volátil en los meses de verano, y los retrocesos temporales son muy posibles”, dice Strobaek.
Sin embargo, desde el inicio de la pandemia, Credit Suisse destaca que la volatilidad ofrece grandes oportunidades.
“Aunque el aumento de los riesgos ya no garantiza una posición sobreponderada, en nuestra opinión, creemos que las acciones continúan ofreciendo un potencial alcista durante los próximos 3 a 6 meses. La recuperación económica continúa y tanto la política fiscal como la monetaria brindan un apoyo continuo. Los inversionistas cuyos posicionamientos están por debajo de sus objetivos de retornos, podrían aprovechar estos contratiempos como una oportunidad de compra a largo plazo”, dice Strobaek.
Respecto al mercado de renta fija, Credit Suisse recomienda sobreponderar bonos con grado de inversión y de alto rendimiento (high yield), lo cual incluye a los mercados emergentes.
¿La razón? Los diferenciales de tasas frente al Tesoro norteamericano aún justifican el premio por riesgo, ya que se mantiene el respaldo de los bancos centrales.
Para Julius Baer, la estrategia se basa en acciones de calidad y en aquellas vinculadas al crecimiento económico.
El CIO del banco privado, Yves Bonzon, detalla a sus clientes que las acciones norteamericanas aún no incorporan la posibilidad de una recuperación económica sostenible.
“Los primeros países en reabrir gradualmente sus economías han registrado un desarrollo favorable en el número de nuevos casos de Covid-19. Por lo tanto, los mercados financieros han seguido recuperándose, lo que refleja una menor probabilidad de una segunda ola de infecciones”, indica Bonzon.
Para dimensionar qué es lo que interpretan los precios de las acciones respecto a la evolución económica, Julius Baer evita mirar ratios comunes como la relación precio utilidad del S&P500.
Así, Bonzon explica que su indicador favorito son las brechas de valorización intrasectoriales.
“Durante las recesiones, las acciones de alta calidad cotizan a precios muy altos. Estas primas se reducen cuando la economía se recupera. A finales de marzo, cuando el mercado era muy pesimista sobre la situación económica, alcanzamos un diferencial de 4.5 desviaciones estándar por encima del promedio histórico en esta medida. Ese nivel solo se ha alcanzado tres veces en los últimos 70 años en el mercado estadounidense. Con la reciente recuperación de las acciones más afectadas por la crisis de Covid-19, esta brecha se ha reducido a dos desviaciones estándar”, detalla el CIO de Julius Baer.
De esta forma, la cartera del banco privado se compone por un 6% de caja, 39% de renta fija, 51% de acciones y un 4% en activos alternativos.
“Finalmente, dado que los mercados de renta fija, incluidos los diferenciales corporativos de alto grado, son ampliamente administrados por los responsables políticos, permítanos cobrar las primas de riesgo de crédito, conscientes de los riesgos de quiebra de nombres individuales”, agrega la nota de Bonzon.
Lo que viene para Chile
Respecto al desempeño económico de América Latina, JP Morgan no trae buenas noticias. El banco de inversión proyecta una contracción de 4,9% para la región en 2020. A nivel local, JP Morgan prevé un desplome de 7,2% en 2020, seguido por una recuperación de 5,2% en 2021.
El ajuste en las perspectivas económicas del banco de inversión para Chile se basan en los impactos que sufrirá el sector minero a causa del aumento en los casos de coronavirus en el norte de Chile.
“Desde que se implementaron las medidas de distanciamiento social en marzo, las ventas minoristas se contrajeron -29.4% y la manufactura -9.5%. La producción minera (que representa alrededor del 10% del PIB) ha demostrado ser resistente hasta ahora a la crisis de COVID-19, con un aumento de + 1.5% desde febrero. Pero podemos ver la producción afectada en junio y julio según la propagación del virus en el norte del país y las cuarentenas impuestas en regiones mineras clave”, dice JP Morgan.
Eso sí, la buena notica es la reciente disminución en los contagios en Chile, pues los analistas destacan dicha evolución y concluyen que la actividad manufacturera debería comenzar a reactivarse entre julio y agosto. En efecto, JP Morgan agrega que el sector retail debería seguir el ritmo de la manufactura.
“Para el segundo semestre, mantenemos la visión de un ritmo de recuperación relativamente fuerte, derivado del hecho de que el país ha desplegado un fuerte respuesta política, tanto monetaria como fiscal. Pero es probable que el invierno sea largo, con medidas de distanciamiento social que pesarán sobre los servicios de forma más prolongada”, dice JP Morgan.