Si bien las dinámicas geopolíticas, particularmente la confrontación ente EEUU e Irán, han sido relevantes en semestre en curso, para la segunda mitad del año JPMorgan apuesta porque pierdan influencia en la trayectoria que sigue el precio del petróleo. La oferta continuará siendo el factor más determinante, aunque anticipan que cobrará preponderancia "el estado de la economía mundial", anticipando que el Brent cerrará el año en US$71,3 el barril, cercano a los US$72,2 registrados el viernes.

Ya con un alza de 34% en lo que va del 2019, el reporte el banco estadounidense proyecta que el referente del crudo europeo terminará el presente trimestre en US$74,3. Además plantea que "podría subir por encima de los US$75 el barril en el corto plazo. Sin embargo, dado que el gobierno de EEUU es bastante experto en el mercado, dudamos que los precios se mantengan tan altos por mucho tiempo".

La estrategia de Washington sería apoyarse en Arabia Saudita para suplir la merma del petróleo de Irán, que padecerá el endurecimiento de las sanciones estadounidenses, que recientemente anunció que castigará a quienes negocien con el petróleo de ese país. "Para Arabia Saudita, esta será una oportunidad para aumentar su participación en el mercado y al mismo tiempo evitar que el precio aumente a un nivel tan alto que pueda amenazar el crecimiento de la demanda", detalla el informe.

Basados en el interés saudita por mantener los precios lo más cercano a US$70 el barril, un acotado impacto de las sanciones de EEUU al crudo ruso y una poco influyente debilidad de la producción venezolana, que ya se arrastra por un tiempo, la apuesta central de JPMorgan es que el petróleo Brent no pase de los US$73,3 en el segundo trimestre. De todas maneras, reconocen que la demanda de China figura como un riesgo al alza para el resto del presente ejercicio, en función de los "brotes verdes" observados recientemente en su actividad.