En el último tiempo ha sido común escuchar dentro del mercado chileno la necesidad de avanzar hacia un modelo más sustentable de las inversiones, de incorporar las métricas medio ambientales, sociales y de gobierno corporativo (ESG, por su sigla en inglés) y de desarrollar inversiones más responsables, entre otros aspectos. Incluso se han realizado diversos eventos y seminarios para promover estas ideas entre los diferentes actores.
Pero, ¿cómo se puede hacer en Chile para participar de este tipo de inversiones?
"En Chile, las alternativas de inversión en sustentabilidad son limitadas ya que nuestro mercado, al igual que en Latinoamérica, está en etapa de desarrollo", afirma Javier Pizarro, Gerente de Estudios de Banchile Administradora General de Fondos (AGF).
En ese sentido Pizarro detalla que existen cuatro grandes alternativas: i) bonos verdes y sociales, ii) fondos que integran factores de sustentabilidad en su proceso de inversión, iii) índices y fondos que sobreponderan emisores con una mayor clasificación de sustentabilidad, y iv) fondos de impacto.
En cuanto a los bonos verdes y sociales, el primero de ellos lo emitió CMPC en 2017, mientras que actualmente existen nueve instrumentos de este tipo. De ellos, los emisores que más han colocado son Aguas Andinas y la caja de compensación Los Héroes, con dos cada uno.
También existen tres índices que miden la sostenibilidad: Dow Jones Sustainability Chile Index (DJSI Chile), Dow Jones Sustainability MILA Pacific Alliance Index MILA y Stakeholders Sustainable Index Chile (SSIndex Chile). El primero está compuesto por las empresas líderes en materia ESG dentro del universos de las acciones que componen el IGPA, el segundo sigue el desempeño de las firmas con las calificaciones de sostenibilidad más altas dentro de los países que integran la Alianza del Pacífico (Chile, Colombia, México y Perú), y el tercero detecta riesgos a nivel de comportamientos sobre las variables ESG, analizando de forma cruzada información de los stakeholders.
"De acuerdo con la Guía de Inversión de Impacto que elaboró ACAFI en conjunto con la Universidad Católica, a diciembre de 2018, en Chile hay seis fondos privados que se definen como sustentables, los cuales manejan activos por más de US$ 138.2 millones, generando utilidades al inversionista y al mismo tiempo solucionando desafíos sociales y medioambientales", destaca Pilar Concha, gerente general de la Asociación Chilena de Administradoras de Fondos de Inversión (ACAFI).
Estos vehículos son Lumni, FIS – Ameris, Sembrador, FEN Ventures, Sudamerik y ChileGlobal Ventures – Fundación Chile.
Las gestoras de activos
El viernes 21 de junio pasado, la Bolsa de Santiago en conjunto con la red internacional Principios para la Inversión Responsable (PRI, por su sigla en inglés), conformada por inversionistas a nivel global en colaboración con la iniciativa Financiera del Pnuma y el Pacto Mundial de la ONU, realizaron un 'Ring the Bell' por la inversión responsable.
En la instancia, se leyó una carta firmada por la propia Bolsa, dos AFP y ocho AGF suscritas al PRI, para instar a los emisores y a los inversionistas a incorporar el concepto ESG en sus negocios.
Actualmente, hay nueve AGF suscritas a los principios del PRI: BTG, Principal, Bice, Moneda, LarrainVial, Banchile, Compass, Sura e Itaú, las que están en proceso de ir incorporando las métricas ESG dentro de la toma de decisiones de los procesos de inversión. Según Pilar Concha, estas gestoras manejan el 61,7% de los activos totales de los fondos públicos agrupados en Acafi.
"Actualmente, uno de los grandes desafíos de los inversionistas es medir el grado de sustentabilidad de una inversión ya que el concepto involucra factores muy amplios y difíciles de cuantificar", indica Pizarro.
María Ignacia García, Jefe de Desarrollo e Inversión Responsable de LarrainVial Asset Management, comenta que "la Inversión Responsable toma muchas formas, desde exclusión hasta inversión de impacto, pasando por integración ESG, propiedad activa, etc. Es importante que los inversionistas entiendan estos distintos enfoques y sus objetivos e implicancias (por ejemplo, que exclusión o inversión de impacto pueden conllevar un tradeoff de retorno, o que la integración suele tener un sesgo más hacia gobierno corporativo)".
García explica que "hay que entender que ESG no es una calificación, y pensar que una empresa es o no es ESG es errado. ESG apunta al proceso o marco de análisis, ese marco no es único, y la forma de integración tampoco es única y depende también de la clase de activo". En ese contexto, añade que, a su juicio, pronto será corriente reportar métricas de desempeño en materias ESG o huella de carbono en sus carteras, y en una segunda instancia preguntar a los partícipes sus intereses en estos temas para que sea parte de la recomendación idónea, tal como se está planteando en Europa.
Por su parte, Santiago Arias, Director Regional de Renta Variable de Credicorp Capital, afirma que "las inversiones con enfoque en sostenibilidad están de moda, pero como cualquier moda, hay que saber diferenciar entre una moda que perdure en el tiempo. En este sentido, en Credicorp Capital Asset Management estamos implementando criterios ESG en todos nuestros productos y procesos de inversión, y no algo solamente para cubrir una necesidad o moda de corto plazo".
Arias agrega que tienen dos prioridades claras. Una de ellas consiste en aprovechar su capacidad de análisis "bottom-up" para el análisis de empresas (acciones o bonos) con un enfoque en los atributos de su gobierno corporativo, prácticas sociales, e impacto ambiental, mientras que la otra apunta trabjar progresivamente en asegurar que las inversiones de sus clientes tengan un impacto positivo en el mundo, basado en los "Objetivos de Desarrollo Sostenible" de las Naciones Unidas.
El financiamiento de las inversiones sustentables
En paralelo, existe una industria dedicada al financiamiento de inversiones sostenibles.
Pablo Pérez-Montero, Executive Director Global Debt Financing de Santander CIB, señala que existen dos grandes tipos de instrumentos. Uno corresponde a las financiaciones verdes o green finance, donde existen tres variedades: créditos verdes (green loans), (ii) project finance verdes (green project finance), y (iii) bonos verdes (Green Bonds). Esta tipología implica que el destino de la financiación obtenga el sello verde por un agente externo validado, precisa.
Otro tipo corresponde, agrega, "a la nueva forma de financiaciones sostenibles vinculadas a variables ESG, pudiendo ser créditos o bonos, donde el destino de los montos puede ser a cualquier uso corporativo y donde se introducen incentivos en el precio, vinculando mejoras en función del cumplimiento de ciertos objetivos en materia ESG, ya sea vinculando a un rating ESG global que le otorga anualmente una agencia sostenible o bien, a objetivos de mejora sobre ciertos KPI relacionados con variables ESG".
En ese contexto, Pérez-Montero destaca que Santander ha liderado el mercado local y regional en los últimos años, participando en casi todas las operaciones pioneras en Latinoamérica, como la primera emisión de un bono verde tanto en Chile (de CMPC), Brasil y Argentina, así como también en el primer crédito ESG en Chile (a Acciona) y México.
"Banco Santander viene trabajando a paso firme en el mundo de las finanzas sostenibles, lo que nos ha permitido convertirnos en uno de los bancos líderes a nivel global en esta materia y principal impulsor de esta actividad en Latinoamérica. Se trata de uno de los focos estratégicos del Banco a nivel global, ya que creemos que un comportamiento y desarrollo más sustentable de nuestros clientes y la integración de variables ESG en nuestra visión de riesgo tiene un impacto valioso para todas las partes", resalta el ejecutivo.