Desde la mirada más sencilla, invertir en Venture Capital se refiere a invertir en empresas que están en el inicio de sus operaciones, típicamente entre su primer y tercer año. La idea, es apostar por startups de gran crecimiento basándose en que son disruptivas tecnológicamente, crearán nuevos mercados e idealmente generarán un cambio sistemático en el mercado.

Durante las últimas décadas, una oleada imparable de innovación e implementación tecnológica ha dado lugar a una variedad de nuevos negocios de capital de riesgo que antes parecían inimaginables. Estas innovaciones están aumentado la eficiencia, revolucionando los negocios, y transformando las maneras más tradicionales de la comunicación… una tendencia que sin duda esperamos que continúe.

El crecimiento de la inversión en la industria del Venture Capital sumó adeptos en los 2000 con el surgimiento de Facebook, Twitter, Google, entre otros. La idea de acumular altos retornos con una baja correlación con el mercado accionario de compañías listadas ha incrementado y se ha convertido en un activo bastante popular entre los inversionistas institucionales y family offices. Ahora, por supuesto que invertir en etapas tempranas de crecimiento de compañías viene con riesgos inherentes por lo que los inversionistas esperan mayores retornos que compensen el riesgo. Para lograr éxito invirtiendo en Venture capital, es necesario asociarse con las mejores firmas de capital privado, que les pueden dar acceso a las mejores oportunidades del mercado privado, especialmente si hablamos de Silicon Valley.

Vemos oportunidades en áreas de rápido crecimiento como el e-commerce, educación y la micro movilidad, siendo algunos ejemplos Coursera, una firma de educación online, Lyft, una compañía de viajes compartidos, Spotify, la firma líder de streaming de música y Airbnb, que sin duda ha revolucionado el mercado del alojamiento.

Al evaluar una compañía, es clave que tenga un modelo de negocios claro y un equipo directivo dinámico. Típicamente miramos firmas que tengan un fuerte respaldo por parte de fondos líderes en Venture Capital y que, preferentemente, estén en períodos avanzados, es decir 12 a 24 meses antes de la OPA. Esta aproximación es la que les permite a los inversionistas ingresar en una etapa en que la empresa tiene valorizaciones atractivas, en que el modelo de negocios haya demostrado su éxito y el riesgo inherente de las startups haya disminuido.

Es mucho más probable que gran parte de las innovaciones o compañías que cambian las reglas del juego sean concebidas y estimuladas como startups más que como negocios propios de empresas públicas que ya han madurado. Muchas de estas firmas de Venture prefieren mantenerse en el mundo privado durante más tiempo, en parte, precisamente, por la gran disponibilidad de financiamiento a través de la emisión de acciones privadas, sumado a los costos y las regulaciones asociadas a abrirse al mercado.

Volvamos a nuestros ejemplos: Lime tiene un 60% del mercado de los scooter eléctricos, con operaciones en más de 140 países. La compañía aprovecha las necesidades de transporte para distancias cortas: ha alcanzado más de 100 millones de viajes desde su inicio en 2017. Se espera que en los próximos 10 años un 60% de la población mundial viva en zonas urbanas, al tiempo que las personas buscarán alternativas para moverse en distancias inferiores a 3 kilómetros. Las estimaciones hablan de que la micro movilidad será un mercado de US$ 800.000 millones para el 2025.

Coursera, por su parte, ha revolucionado la educación online bajo la creencia de que para ser exitosos en el mundo laboral los estudiantes necesitan estar siempre aprendiendo. Coursera ofrece la alternativa de aprender desde inteligencia artificial, Excel hasta clases de idiomas desde un smartphone o un computador. También revolucionó el segmento de los postgrados universitarios, ofreciendo MBA y Maestrías en muchas de las universidades Top del mundo por una fracción del precio que implicaría asistir presencialmente a una de sus salas de clases.

Lyft, en tanto, ha aprovechado el mercado de los viajes compartidos, permitiendo eliminar la necesidad de tener un auto propio, especialmente en áreas urbanizadas.

La exposición a firmas tecnológicas que están impulsadas por la innovación y en pleno crecimiento, se ha vuelto una tarea cada vez más compleja en el mercado de las acciones públicas. No hay que dejar de considerar que estas empresas necesitan liquidez para invertir en su expansión y a los mercados públicos les gustan las compañías que ya se encuentran maduras, con ingresos predecibles y ganancias. De hecho, los mercados públicos no pagan por los elevados índices de crecimiento.

Tener áreas especializadas en co-investment e inversión directa puede, sin duda, facilitar el acceso de los inversionistas a este tipo de compañías e iniciativas que ayuden a mejorar el retorno de sus portafolios. Tener la conexión con Silicon Valley no es suficiente: es fundamental entregar la oportunidad de acceder a negocios que usualmente solo están disponibles para pequeños círculos de inversionistas.

Hoy en día, donde hay mucho dinero disponible para una limitada lista de buenas oportunidades, creemos que el riesgo no sólo radica en ingresar a la compañía correcta, sino también a la valorización correcta. Si bien es interesante invertir en nombres como Lyft, Airbnb o Palantir, la mayor forma de capturar el crecimiento es invirtiendo en compañías pequeñas con valorizaciones razonables, altos índices de crecimiento y con una ruta clara orientada hacia una OPA o a una adquisición a mayores precios.

No hay duda de que estamos en muy buen momento para invertir en etapas avanzadas de compañías de capital de riesgo. El éxito radica en el acceso a buenas compañías con un sólido equipo directivo y en temas de largo plazo. La inversión en Venture Capital es riesgosa y puede haber muchos fracasos, por eso, es crítico poseer experiencia en sectores específicos, así como tener acceso a buenas compañías con emprendedores líderes.