La estabilidad en los contagios por coronavirus alienta las expectativas de que la economía local da los primeros pasos del camino hacia una recuperación. Sin embargo, justo en medio de la amenaza que aún supone la pandemia, la incertidumbre política toma fuerza ante el plebiscito para una nueva Constitución.
Ese es el escenario que considera Fitch Ratings para determinar aquellos sectores más y menos resistentes ante los desafíos que vienen para la actividad local.
“Las exportaciones cayeron un 2,8%, mientras que las importaciones descendieron un 21,4%. Se espera que una sólida respuesta fiscal, junto con otras medidas aprobadas por el Congreso para mitigar los efectos sobre la renta disponible, amortigüen la caída del PIB en 2020″, indicó la agencia crediticia.
De todas formas, los programas fiscales para 2020-2022 que suponen hasta un 7,7% de PIB, no lograrán evitar una fuerte contracción de la actividad. Fitch proyecta una caída de 6,7% del PIB para este año, seguido por un rebote de 4,8% en 2021.
Ajustes en las clasificaciones
En un reporte sobre el escenario que enfrentan los corporativos chilenos en el segundo semestre, Fitch Rating detalla que transportes, ocio y minoristas sin exposición a alimentos sufrieron los ajustes más agresivos en las clasificaciones de riesgo.
De la cartera de 30 compañías chilenas de Fitch, seis cuentan con Perspectiva Negativa, mientras tres cuentan con la clasificación más baja de la escala: sin perspectiva.
“Ningún sector salió ileso de la pandemia, ya que todas las empresas cambiaron de operación para incorporar medidas de distanciamiento social mientras incurrían en mayores gastos. Sin embargo, algunos sectores están mostrando una mayor resistencia al brote. Los sectores que incluyen la electricidad y las telecomunicaciones se enfrentan a retrasos en el pago de facturas, pero la presión sobre las necesidades de capital de trabajo es manejable hasta ahora”, detalló la agencia crediticia.
El sector exportador de minería y forestal también enfrentan efectos limitados, pues cuentan con el beneficio del tipo de cambio.
“Las exportaciones mineras durante enero-julio de 2020 crecieron 5% en comparación con el mismo período de 2019, principalmente debido al aumento de la minería de cobre”, indicó Fitch.
En la vereda opuesta, el sector minorista sin exposición a bienes de consumo básico seguirá afectado por el escenario económico y sus impactos en el mercado laboral, pues se estima que la tasa de desempleo superará el 15% este año. Los desafíos aumentarán ante la incertidumbre por el plebiscito de octubre.
“Sector minorista afectado negativamente: El entorno económico seguirá afectando a los sectores minorista y de consumo no alimentario (...) Las incertidumbres aumentarán a medida que el país se acerque a un referéndum constitucional el 25 de octubre de 2020. Esto agregará presión operativa a este contexto ya desafiante”, se lee en el reporte.
En esa línea, Fitch destaca que aquellos emisores que fortalezcan la logística y consoliden sus estrategias de ventas online, serán capaces de aliviar el deterioro por las cuarentenas. Esto en un contexto donde el comercio en línea podría mantener el liderazgo más allá de la pandemia.
“Hubo un contrapeso con las ventas online, que mitigó el deterioro de los minoristas omnicanal. Los grandes minoristas no alimentarios han podido adaptar los negocios en línea para satisfacer la demanda a medida que las órdenes de compra aumentaron de 2 a 3 veces. La presión sobre la rentabilidad es un problema en un negocio donde la logística es crucial. En el futuro, las empresas con segmento online deberían beneficiarse de la gran oportunidad de tener clientes cautivos durante este período y poder acelerar el desarrollo de canales digitales”, agrega Fitch.
Refinanciar deudas
Cuando las medidas de confinamiento se llevaron a cabo, una de las principales preocupaciones apuntaba a la capacidad de las compañías para acudir al mercado de bonos en busca de recursos.
Si bien Fitch destacó en su reporte que el mercado local se mantuvo disponible para los emisores tradicionales durante el peak de la crisis, el acceso para refinanciar deudas en el mercado internacional se estancó para los corporativos chilenos, lo cual lleva a Fitch a ser cautelosos respecto a la liquidez de las compañías.
“Los bancos locales, fuertemente apoyados por las medidas del Banco Central para preservar la liquidez del mercado, pudieron responder a las necesidades de las empresas chilenas de aumentar la liquidez. El mercado local de bonos ha estado abierto a los emisores regulares durante el peak de la crisis”, indica el reporte.