Tras haber tenido un buen inicio de año, desde mayo en adelante la Bolsa local solo ha sabido de pérdidas, donde en lo que va de 2019 el IPSA ha caído 3,82%, al cierre de este jueves, siendo una de las pocas bolsas dentro de las principales del mundo que ha retrocedido.
De hecho, el martes completó cinco días consecutivos a la baja y se ubicó en 4.777 puntos, su nivel más bajo desde junio de 2017, aunque después repuntó en las siguientes dos jornadas hasta 4.910 puntos.
Pese a que se podría pensar que el índice selectivo ha tocado fondo, en el mercado estiman que hay espacios para que siga descendiendo en el corto plazo.
Agustín Álvarez, gerente de Estudios de BICE Inversiones, explica que el débil desempeño de la bolsa local se debe a varios factores: la lenta tramitación de las reformas, una rebaja en las expectativas de crecimiento de utilidades de las empresas, una evolución de la guerra comercial entre China y Estados Unidos peor a lo esperado, lo que ha golpeado al precio del cobre, y una mayor aversión al riesgo que ha generado salida de flujos de los mercados emergentes.
"En la medida que tengamos una evolución negativa en estos frentes podríamos seguir con un desempeño negativo en la bolsa local", indica Álvarez.
Por su parte, Luis Méndez, gerente general de Banmerchant Capital, explica que "por ser nuestro país una economía relativamente pequeña y muy abierta, el desempeño económico y, por lo tanto, el desempeño de la bolsa local está directamente afectado por el precio del cobre. Si la guerra comercial se intensifica, el precio del cobre podría continuar descendiendo y la bolsa local seguiría siendo arrastrada a la baja".
En ese contexto, el precio del cobre ha caído casi 4,06% en lo que va del año, ubicándose en US$2,595 la libra, y a principios de semana llegó a niveles mínimos no vistos en dos años.
Correlación IPSA/cobre
Uno de los factores que más ha influido en el negativo desempeño del IPSA en el año ha sido el precio del cobre, según los expertos, lo que está ligado a la correlación que existe entre ambos.
Manuel Bengolea, gerente general de Octogone Chile, un proveedor de asesoramiento financiero, explica que dicha correlación alcanzó su peak en febrero de 2018, cuando llegó a 0,9%, fecha desde la que comenzó a disminuir hasta el actual nivel de 0,75%.
Pese a esta disminución, Bengolea destaca que "la relación existente entre el precio del cobre y el IPSA es muy estrecha por razones obvias. El cobre ha sido y sigue siendo el sueldo de Chile, ya que es el principal producto de exportación del país. Por lo tanto, cuando el cobre anda bien el tipo de cambio anda bien, pues necesitamos menos pesos por dólar, lo que a su vez ayuda a las empresas cuyos activos son relevantes en pesos, como las eléctricas y las de consumo masivo, entre otras, reflejándose en el IPSA".
En ese sentido, Méndez complementa que "los precios de los commodities influyen directamente en la evolución de las economías y las bolsas de países emergentes que son exportadores de materias primas. En el caso de Chile, el metal representa aproximadamente un 10% del Producto Interno Bruto y el 45% de las exportaciones del país".
Como sea, Agustín Álvarez estima que la correlación entre el selectivo local y el metal rojo, probablemente, seguirá siendo alta, por lo que la evolución del precio del cobre seguirá influyendo fuertemente en la rentabilidad de la bolsa local.
Y pese a que existen riesgos de que en el corto plazo el IPSA siga cayendo, los expertos creen que hay factores que podrían impulsarlo.
Méndez indica que una pronta tregua en la guerra comercial, una fuerte expansión en China y una agresiva expansión monetaria en Estados Unidos revertirían el escenario negativo que viven el cobre y la bolsa local.
A su vez, Álvarez enfatiza que las actuales valorizaciones del IPSA incorporan un descuento relevante, por lo que un contexto más positivo podría generar un repunte.
En la misma línea, Bengolea remarca que las valorizaciones de las acciones se encuentran en niveles mínimos de 2008, lo que representa una oportunidad para comprar ahora y esperar una ganancia a mediano plazo.