Un total de 300 millones de vacunas le pidió el gobierno de Estados Unidos a Pfizer, para distribuirlas gratuitamente en el país si es que la farmacéutica logra dar con la deseada fórmula contra el Covid-19. Por ese trabajo, junto a su socia de biotecnología BioNTech, recibirá casi US$2 billones, noticia que en la jornada impulsa un aumento de 5% en sus acciones.
Sin embargo, el entusiasmo del mercado por la alternativa de Pfizer es reciente. Aunque ya está en la fase 2 del estudio, de un total de tres etapas, además de la preclínica y la final de autorización, en el recuento del año los papeles de la compañía anotan un descenso de 2,86%.
Esto contrasta con la confianza que los inversionistas han depositado en otros dos competidores, que si bien actualmente están en su misma fase, desde antes han vendido dando muestras de su progreso en la vacuna contra el coronavirus.
Una de ellas es Moderna, que desde enero a la fecha registra un descomunal incremento de 313,5% en sus acciones. La compañía estadounidense señaló recientemente que espera pasar a la fase tres de su investigación el próximo lunes 27 de julio.
La venia del ejército chino
La otra favorecida por los mercados es la china Cansino Biologics, que anota en el mismo periodo un salto de 281,3%. Las apuestas por esta vacuna se consolidaron luego de que la firma recibiera una autorización especial para ser utilizada por el ejército del gigante asiático, luego que un estudio diera cuenta de que generaba una respuesta inmune. Xi Jinping ha afirmado que cualquier vacuna desarrollada en el país se podrá a disposición, de manera gratuita, para todos los chinos.
Pfizer, que junto a Moderna y Merck ya señalaron no estar dispuestas a ofrecer a precio de costo la vacuna, no es la única que ha sido menospreciada por el mercado. La británica AstraZeneca, que trabaja en la vacuna junto a la Universidad de Oxford, es la única que actualmente se encuentra en la fase 3, pese a lo cual el alza de sus papeles está lejos de las tres cifras y se limita a 15% en el año.