El mercado ya da por descontado que el Senado va a quedar en poder de los republicanos y con eso les basta para celebrar. Esto explica las contundentes alzas que se registran en Wall Street, de acuerdo al análisis de Ralph Davidson, jefe de estrategia accionaria de BTG Pactual.

Desde Estados Unidos el experto comenta a PULSO que con la claridad respecto al futuro de la cámara alta, se puede asumir con tranquilidad que no habrá alza de impuestos y que el nuevo estímulo fiscal será más acotado que los US$3 billones propuestos por los demócratas. Así, no ve grandes diferencias respecto a una administración de Joe Biden y Donald Trump.

¿Hasta ahora qué análisis hace de los resultados disponibles?

-A pesar de que no sabemos todo, ya sabemos ciertas cosas que son muy importantes. Lo que está claro es que no estamos ante una “ola azul”. No sabemos quién va a ser el próximo presidente pero sí que terminaremos con una Cámara de Representantes demócrata y un senado republicano. Tendremos un Washington mixto y eso tiene significantes implicancias.

Independiente de quien gane, debido a cómo funcionan las políticas, el mercado estaba mucho más enfocados en cómo podría haberlo sido un sweep demócrata (que gane presidencia y ambas cámaras) y en función de eso, en cuáles son las prioridades de Joe Biden.

Hace tres semanas las encuestadoras estaban pronosticando este sweep, lo que incluiría un estímulo de US$3 billones, US$2,2 billones como un paquete de alivio para el Covid y US$800.000 millones para gasto infraestructura dirigido a energía verde y la modernización de Estados Unidos.

Los republicanos básicamente han estado llamando la atención por el alto déficit fiscal, que se debe ser más disciplinado con el gasto y que al respecto ellos tienen otras prioridades. Por ejemplo los demócratas están considerando dentro del paquete Covid US$500,000 millones para los Estados, mientras que los republicanos creen que son los propios estados los que tiene que balancear sus presupuestos.

De esta manera, lo que vemos es que con un senado republicano es muy poco probable que se pueda sacar adelante un gran programa de gastos, mientras que más allá de quien sea electo presidente, se aprobará algún tipo de estímulo fiscal.

Hay quiénes planteaban que entre más grande el paquete de estímulos mejor recepción va a tener en los mercados...

-Lo que dices, de algún modo, sí era correcto, porque los mercados habían estado comenzando subir bajo la expectativa de todo este gran gasto. Sin embargo, el desafío que esto plantea es que viene acompañado también de mucha deuda, a lo que se suma la propuesta de vida en de subir impuestos, tanto corporaciones como individuos.

Particularmente los impuestos que estaba considerando para las empresas se enfocaban en las grandes tecnológicas, que si bien están haciendo mucho dinero, no es mucho lo que recaudan en impuesto.

Por lo tanto lo que vemos hoy día (miércoles) es que las compañías tecnológicas están subiendo, probablemente por dos razones, la primera es que hay muchos menos riesgos de que vean un aumento en sus impuestos, por lo que sus ganancias hacia delante van a seguir luciendo fuertes. La segunda es debido a que hay muchas menos probabilidades de qué republicanos y demócratas logran llegar acuerdo para imponer más regulación a esta industria.

¿Cuánto ruido puede generar en el mercado la demora en la definición del próximo presidente de Estados Unidos?

-Tuvimos la impugnación de una elección en el año 2000, un poco después de que explotara la burbuja puntocom, por lo tanto llegamos a los comicios con un mercado que ya estaba la baja.

Pensamos que el actual es un escenario muy diferente, por muchas razones. Una de ellas es que ahora la Reserva Federal está sindo extraordinariamente flexible, en cambio desde la segunda mitad de 1999 se estaba en un proceso de alza de tasas. Por otra parte Hoy estamos sentados hablando sobre un paquete de estímulos que está por venir, algo que no se veía en ese momento.

Para el mercado el resultado presidencial no representa una gran diferencia porque el senado será republicano. Para Joe Biden será muy difícil sacar adelante todas sus prioridades, por lo tanto no creo que alguno de los dos representen muchos cambios, de cualquiera de los dos saldrán estímulos y no serán muy diferentes bajo una u otra administración.

¿Hay preocupación en el mercado sobre el nombramiento del próximo secretario del Tesoro si gana Biden?

-Una de las particularidades de Estados Unidos es que el senado debe confirmar a los miembros del gabinete. Una de las personas que estaba siendo considerada como secretaria del Tesoro en un gobierno de Biden es Elizabeth Warren. Ella es percibida como una persona muy progresista y se anticipa que podría tener una postura muy dura contra bancos y otras instituciones financieras, planteando que se requieren niveles más altos de regulación.

Entonces ocurre lo mismo que mencionaba antes. Va a resultar muy difícil que el senado confirme a Warren en ese cargo. Todos sugiere que con un Washington más de centro habrá un poco más disciplina en el gasto y no habrá impuestos más altos, lo que al mercado le gusta mucho.

¿Es problemático un congreso dividido entre republicanos y demócratas en miras del avance de cualquier agenda económica?

-Sin lugar a dudas esto representa un desafío, pero tendrán que resolverlo porque el país lo necesita y cualquiera sea el presidente va a proponer algún tipo de estímulo. Ya no son tiempos de elecciones, sino de manejo. Además, por mucho que te guste hablar de disciplina fiscal, una vez que se está a cargo se quiere gastar dinero y mejorar las cosas lo más posibles.

Desde mi punto de vista es muy probable que tengamos un estímulo fiscal nuevo en enero, pero al parecer el mercado lo está incorporando más anticipadamente.

¿Qué tamaño sería el adecuado para un estímulo?

-Si volvemos agosto que es cuando comenzó esta discusión, se estaba ante una segunda ola de contagios de coronavirus que apoyaba la idea de que otro estímulo era necesario. La cifra que se estaba considerando entonces era de US$1,3 billones y a medida que se fue avanzando en las negociaciones en octubre también se consideró una cifra entre US$1,5 billones y US$1,8 billones, me parece que algo dentro de este rango sería apropiado.

Sin embargo, no se trata solamente del tamaño del estímulo, sino del cómo se va a ocupar. Al respecto republicanos y demócratas tienen un diferente set de prioridades, entonces para dilucidar esa incógnita tendremos que esperar a saber quién es el futuro presidente.

¿Qué movimientos anticipa para el dólar tras las elecciones?

-He pensado mucho al respecto y creo que es importante tener presente que vamos a tener un estímulo fiscal gigante, lo que aumentará el déficit y por lo tanto debilitará al dólar. También implicará un rendimiento de los bonos del Tesoro más alto, bajo la expectativa de futuro crecimiento e inflación. Todo eso en términos generales también apoyo dólar más débil.