En la puerta del horno está la venta de la distribuidora eléctrica que opera en nuestro país, Chilquinta.

El monto de esta transacción sería uno de los más altos en operaciones de compraventa de empresas del año a nivel local, dado que comprometería alrededor de US$ 1.500 millones, cuentan distintas fuentes involucradas en las negociaciones.

Mismas fuentes aseguran que las ofertas vinculantes para comprar Chilquinta ya llegaron y que entre los interesados finales figuran la italiana Enel, la china State Grid y el fondo canadiense Brookfield. La chilena Colbún —ligada a la familia Matte—, que está presente en otros negocios energéticos como la generación eléctrica, habría evaluado una fórmula para participar en este proceso, sin embargo, desecharon entrar a este negocio regulado y de alta exposición. Otro interesado habría sido China Southern Power Grid, que posee casi 30% de la firma de transmisión local Transelec.

En San Diego, California, los dueños de Chilquinta, el holding Sempra, están frotándose las manos a la espera un elevado monto a cambio de enajenar sus activos en Chile. El precedente es claro: esta semana acaban de vender sus activos de distribución eléctrica en Perú en US$ 3.500 millones, un precio que fue considerado elevado por todo el mercado. La firma compradora fue China Yagtze Poyer International, filial de la gigante China Three Gorges Corporation (CTG), la mayor hidroeléctrica global y que ya tiene presencia en Chile con pequeños proyectos en Biobío.

En efecto, lo pagado por los chinos superó en 15 veces al Ebitda de la compañía en Perú. Fuentes ligadas a Enel asumen que quedaron impactados por el monto tan alto que pagaron los asiáticos, impresión que es compartida por otros bancos de inversión regionales quienes indican que ese precio pagado "fue una locura".

Distintos actores que han mostrado interés por Chilquinta pensaban que en Perú, a lo mucho, Sempra iba a recaudar un múltiplo de 13 veces Ebitda. Pero Sempra, con el fondo activista Elliott detrás, además de sus asesores financieros en este proceso, BofA Merrill Lynch y Lazard, esperan que el pago de 15 veces Ebitda que se hizo en Perú sea un precedente claro de lo que se podría desembolsar por los activos que están por enajenar en Chile.

Chilquinta tiene más de 700 mil clientes en Valparaíso y en zonas rurales del Maule. Junto con participar en la distribución y transmisión eléctrica, tiene otros activos como la mitad de la propiedad de la empresa Eletrans. El Ebitda de todos estos negocios asciende a unos US$ 150 millones.

Sempra, la controladora de Chilquinta, puso en venta sus activos en Perú y Chile en búsqueda de liquidez para sus accionistas, donde el fondo activista Elliott ha sido el principal promotor de la idea.

La batalla extranjera por el negocio de la distribución eléctrica

La italiana Enel es el actor dominante en la distribución eléctrica en Chile. El área de concesión de la compañía asciende a 2.105 KM2 e incluye 33 comunas en la Región Metropolitana, además de las zonas abarcadas por la Empresa Eléctrica de Colina Ltda. y Luz Andes Ltda. En 2018 obtuvo una utilidad de $122.381 millones y tiene 681 trabajadores.

Hace poco más de un año, Enel logró comprar el 73,4% de una de las mayores distribuidoras eléctricas brasileñas, Eletropaulo, por la que pagó unos $1.255 millones de euros, donde además, realizó un aumento de capital por más de $342 millones de euros.

Con la compra de Eletropaulo, Enel superó a CPFL Energía, controlada por la china State Grid, como la principal distribuidora eléctrica de Brasil.

Ahora ambas se vuelven a enfrentar, esta vez por Chilquinta en nuestro país.

El fondo canadiense corre con la ventaja de conocer bien nuestro país. Fue accionista de la principal empresa local de transmisión eléctrica, Transelec. Eso hasta que a fines de 2017 le vendieron su 28% de la propiedad a China Southern Power Grid International, a cambio de unos US$ 1.300 millones.

Y Brookfield siguió aumentando su caja a costa de vender negocios en Chile. Este año, en enero, le vendieron un 33% de las acciones de las autopistas Vespucio Norte y del Túnel San Cristóbal al fondo Alpha de la gestora local Frontal Trust, a cambio de unos US$ 275 millones —sin contar deuda—. Hace un mes, los canadienses vendieron otro 33% de las mismas autopistas a otro fondo donde participan las gestoras Ardian y CMB Prime.

Esta semana, el gerente general de Chilquinta,  Francisco Mualim, confidenció a Pulso que este proceso de venta se sellaría en alrededor de un mes y medio y aseguró que el ambiente dentro de la eléctrica es tranquilo y que está "extraordinariamente bueno".