Volver a lo simple
Bajo este contexto de tasas en sus mínimos históricos, las inversiones en instrumentos alternativos han ido ganando terreno y se han presentado como carta atractiva para aquellos inversionistas que ya no ven en la renta fija muchas más oportunidades.
¿Qué hacer con las inversiones? Aunque parece una simple pregunta, en tiempos complejos e inciertos como el actual puede tornarse difícil tomar decisiones de gestión de cartera.
En el mercado local, si vemos el desempeño de la renta fija en los primeros 7 meses del año, tomando un índice representativo para dicha clase de activo, tenemos un retorno cercano al 14% a julio de 2019. A pesar de este buen momento y el sesgo expansivo del Banco Central, dado que las tasas se encuentran en sus mínimos en casi todos los plazos, incluso visualizando tasas reales negativas, sólo vemos muy poco espacio adicional de caída en las tasas largas y, por lo tanto, esperamos bajos niveles de rentabilidad para los próximos trimestres.
Bajo este contexto de tasas en sus mínimos históricos, las inversiones en instrumentos alternativos han ido ganando terreno y se han presentado como carta atractiva para aquellos inversionistas que ya no ven en la renta fija muchas más oportunidades. Agrupados principalmente en fondos de inversión, esta clase de activos ha tenido un crecimiento sin precedente en la industria local en los últimos años.
Si bien los alternativos como la deuda privada, participación en empresas cerradas, inversión en activos inmobiliarios o de infraestructura, entre otros, tienen atractivos importantes, es necesario considerar que pueden incorporar otros riesgos: restricciones de liquidez, riesgo de crédito, menor regulación y transparencia, así como datos históricos limitados que dificultan el análisis y medición de la volatilidad y en consecuencia del riesgo en situación de estrés financiero.
En ese sentido, una buena idea puede ser volver a lo simple y mirar las acciones chilenas con mayor atención ya que se conjugan varias señales que nos pueden estar indicando que es el momento de rebalancear a su favor. En concreto, el "dividend yield" del IPSA es más elevado que el rendimiento de un bono del Banco Central en pesos a 10 años, siendo de 3,5% versus 2,7%, respectivamente.
A esto, podemos sumar las señales del Equity Risk Premium (ERP) que, según nuestros cálculos, está en su valor más alto en las últimas décadas, en torno al 9%. Cada vez que este indicador superó el 8%, en los años 2002 y 2008, el retorno del índice IPSA fue de 20% promedio anual los 5 años siguientes y de 46% promedio anual los 2,5 años siguientes, respectivamente.
No sabemos cuándo será el momento para las acciones, pero es clave tener en cuenta que, en términos relativos, la renta variable chilena hoy ofrece una combinación entre retorno esperado, riesgo y liquidez que la hacen muy atractiva.
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