A principios de noviembre de 2018, el grupo suizo Zurich compró la administradora general de fondos (AGF) y la compañía de seguros de EuroAmerica en más de US$100 millones.

A más de un año de aquel hito, en el caso de la AGF han logrado integrarse con éxito, donde en 2019 lograron hacer crecer en 9% los activos bajo administración (AuM, por sus siglas en inglés) hasta US$1.500 millones. Así lo afirma Marco Salin, gerente general de la gestora que ahora lleva de nombre Zurich Chile Asset Management.

Salin, quien venía trabajando en EuroAmerica desde 2012, comenta que, entre otros aspectos, están enfocados en seguir complementando su oferta de productos, que se desglosa en fondos mutuos y fondos de inversión. En ese contexto, dentro de estos últimos vehículos seguirán potenciando los activos alternativos, en particular los inmobiliarios, por lo que entrarán a competir al negocio de la renta residencial, también conocido como multifamily.

El ejecutivo también analiza la crisis social y los efectos que ha generado en los mercados financieros, donde estima que, pese al contexto, existen oportunidades en las acciones y en los bonos locales. Eso sí, advierte que hay que ser selectivos para poder encontrarlas.

¿Cómo ha sido el proceso de integración de la AGF al grupo Zurich?

Primero, es un orgullo que Zurich como compañía de nivel global se haya fijado en la AGF EuroAmerica. Para mí, eso es pasar de ser una empresa local a ser parte de un grupo de escala mundial.

Desde el punto de vista del grupo humano, lo que me ha llamado positivamente la atención es la calidez cultural que tiene la empresa. Hemos tenido un recibimiento excepcional, por lo que el proceso no ha sido áspero.

¿Cuáles son los principales hitos que han vivido?

Desde el punto de vista del crecimiento de la AGF, 2019 fue un año muy exitoso. Tuvimos crecimientos de doble dígito en todos los segmentos que atendemos (institucionales, alto patrimonio, etc.), pese a que estuvimos en un proceso de fusión y cambio de marca.

Esto responde al buen desempeño que tienen nuestros productos, donde casi el 70% está en el primer quintil de rendimiento en sus respectivas categorías.

Terminamos el año en cerca de US$1.500 millones en AuM, incluyendo fondos mutuos y fondos de inversión, lo que implica un crecimiento de más de 9% en relación al cierre de 2018. Esto superó las expectativas, ya que en una integración uno está sujeto a tener ciertos vaivenes.

También se logró pese a la crisis social, aunque las pendientes de mayor crecimiento se dieron previo al estallido del 18 de octubre. De todos modos, post estallido logramos estabilizar los movimientos y la volatilidad de aportes y rescates que componen el AuM de nuestra AGF, por lo que no tuvimos la salida de clientes que se vio en otros actores del mercado.

¿Qué efectos han visto en el mercado financiero producto de la crisis?

Más allá del nerviosismo que provocó la escalada brutal del dólar, el efecto secundario que tuvo fue el alza de las tasas de interés en la renta fija y, por lo tanto, hubo una migración de inversionistas que estaban expuestos a bonos de largo plazo hacia vehículos de corta duración, con el fin de protegerse.

¿Cómo han visto a los inversionistas en el último tiempo?

El inversionista chileno venía con una composición de su portafolio muy sesgada hacia activos locales, donde más del 60% de los activos estaban alocados en subyacentes chilenos, tanto en renta variable, renta fija, etc.

Tras el estallido, el inversionista local se enfocó en un principio básico de las inversiones que es la diversificación.

¿Qué otros efectos podría generar el estallido?

El proceso de cambio del mercado ya se vio en su gran mayoría. De todos modos, habrá temas que estarán presentes, pero que no son endógenos.

El contexto social que estamos viviendo permanecerá este año y probablemente por más de 12 meses, pero estará mucho más combinado en una igualdad de proporciones para el mercado local con las volatilidades externas.

Es decir, se volverá a emparejar la cancha con todos los eventos que estamos viviendo a nivel global, donde este estallido también se está dando en diferentes partes del mundo. A ello se suman las tensiones geopolíticas entre Estados Unidos e Irán, que los bancos centrales seguirán inyectando liquidez a nivel mundial, sobre todo en Europa, y que las bolsas de los mercados desarrollados más caras que antes.

Hay una combinación de factores que generará que el mercado estará más sensible y, por lo tanto, más volátil. Por ende, la selectividad será clave en todo esto.

No hago tanta distinción entre Chile y el resto del mundo. Quizá la única diferencia que existe es que las valorizaciones en Chile por el lado de las acciones se ven baratas, pero también hay una justificación de eso: los crecimientos estarán más bajos, tendremos factores fundamentales que estarán bastante más alicaídos respecto de años anteriores y de lo que se esperaba pre estallido. Sin embargo, no dista mucho de lo que pasará en el mundo, donde tendremos que la inversión y el crecimiento irán bajando.

¿El mercado chileno sigue ofreciendo oportunidades?

El mercado chileno presenta oportunidades a través de la selectividad. Probablemente será un año más complejo para obtener buenos resultados, pero si se hace una buena selección se pueden encontrar algunas inversiones atractivas tanto por el lado de la renta variable como de la renta fija.

En renta variable, estamos viendo oportunidades en compañías que entreguen una condición de sustentabilidad importante, lo cual es algo que venimos trabajando desde hace varios años bajo los conceptos del PRI, de la ONU, y de las métricas ESG.

Todo lo que envuelve a la sustentabilidad debieran ser factores triunfadores frente a las nuevas demandas y que la sociedad, tanto en Chile como en el mundo, está exigiendo, las cuales son muy válidas. Partiendo por los temas sociales, que es una de las tres siglas ESG.

¿Y en renta fija?

Por el lado de bonos corporativos, también estamos mirando aquellas compañías que tengan un fuerte componente ESG. Siendo muy selectivos, tenemos estrategias de inversión diferenciadas por cada fondo, donde algunos están enfocados en papeles de mayor riesgo y otros de menor riesgo.

Por el lado de gobierno, vemos que será un año más bien de devengo que de ganancia de capital. Es decir, las tasas de interés permanecerán relativamente estables, ya que no hay grandes factores que pudieran incidir en variaciones en las tasas tanto hacia arriba como hacia abajo.

En ese sentido, volviendo a los corporativos, la duración no debiera ser el factor ganador.

¿Cuáles son los planes de la AGF para este año?

Yo diría que consolidar lo que hemos venido construyendo. 2019 fue un año enfocado en la integración buscando estrategias para poder servir y atender a nuestros clientes en sus distintos segmentos y en 2020 queremos profundizar eso para poder entregar una atención personalizada.

En ese contexto, tenemos la meta de crecer a un nivel similar al de 2019, es decir, en torno a 9%. Eso se inserta en un plan de mediano y largo plazo que responde a los objetivos que coloca el grupo de un crecimiento compuesto por los próximos tres a cuatro años de 7% como promedio anual.

¿Pondrán algún énfasis en los activos alternativos?

Tenemos un plan de seguir complementando nuestra oferta en el sentido de seguir ofreciendo soluciones en ámbitos donde podamos estar un poco más débiles.

En los activos inmobiliarios partimos un poco al revés, ofreciendo productos enfocados en mercados desarrollados. Para este año tenemos contemplado ofrecer soluciones inmobiliarias locales.

En ese sentido, lanzaremos nuestro primer fondo de renta residencial en el mercado local, quizá a contramano de lo que se podría pensar producto de la crisis social. Pero ese negocio dentro de la industria de rentas inmobiliarias, es el asset class que debiera tener mayor resiliencia.

¿Cuánto pretenden invertir?

Tenemos un plan de a tres años tener activos por US$120 millones en el segmento multifamily, por lo que estamos hablando de ir incorporando dos activos por año. Acá tenemos un área que la hemos venido alineando en ese mundo.

¿En qué sectores sería?

La idea es que sean edificios con buena conectividad. Obviamente, el Metro es súper atractivo, pero también que estén cerca de ejes de conectividad o de transporte. Además, que estén cerca de las redes de apoyo o de la dinámica familiar que tengan los arrendatarios, ya que nos hemos dado cuenta que la gente no solo busca estar cerca de su trabajo, sino que también de su familia.

Y hay ciertas comunas que están entre medio del trabajo y del núcleo familiar. Por ejemplo, un profesional que tiene familia en San Bernardo prefiere vivir en San Miguel que en Las Condes.

En ese sentido, las dinámicas y las prestaciones no cambian mucho en cierto tipo de edificio, por lo que puedes acceder a similares condiciones habitacionales en diferentes comunas.

Lo que sí es interesante es que dependiendo de la comuna puedes encontrar diferentes retornos, los que desde el punto de vista del inversionista son interesantes.

¿Delegarán la administración a algún operador?

Nuestro expertise es en la administración y la gestión de activos, por lo que la administración del día a día se la delegaremos a un tercero. Actualmente, estamos desarrollando una licitación para escoger al operador.