Cerca del 90% de las mayores economías del mundo incluyen -ya sea de manera obligatoria o voluntaria- instrumentos relacionados a memorias o reportes de sostenibilidad en la actualidad. Este es uno de los resultados de una investigación realizada por KPMG en 71 países de todo el mundo, divididos por región (incluye Chile), acerca de las diferentes herramientas que las compañías están utilizando para reportar sus ítems de sustentabilidad y cómo los gobiernos y entes reguladores están exigiéndolo.

El estudio, titulado “Carrots & Sticks. Global trends in sustainability reporting regulation and policy”, identificó 383 instrumentos en 64 países, lo cual se compara con los 180 instrumentos identificados en 44 países en el anterior informe, realizado en 2013.

Según detalla la investigación, el 41,5% de los instrumentos están orientados a la sustentabilidad en general; el 37,5% a materias medioambientales; y el 21% a temas sociales. En el último estudio comparable (2013), la cifras se han mantenido con poca variación (41%, 39% y 20% respectivamente).

Crece sector financiero

De las empresas que tienen instrumentos de reportabilidad en el área de sustentabilidad, en el 65% de los casos, éstos son mandatorios por parte del Gobierno o una entidad reguladora. Incluso, “cerca de uno de cada diez instrumentos adopta una forma de ‘cumplir o explicar’”, indica el documento.

En este aspecto, se concluye que el nivel de actividad de las bolsas de valores y mercados financieros regulados ha aumentado. Para hacerse una idea, ambos grupos son responsables de la tercera parte de todos los instrumentos para reporte de materias ESG (Environment, Social & Governance), uno de los modelos de reporte de sustentabilidad que va más en alza.

Casi un tercio de los instrumentos se aplican exclusivamente a las grandes empresas que cotizan y, de estos, alrededor de tres cuartas partes han sido introducidos por los reguladores de los mercados financieros y las bolsas de valores.

Mientras que la mayoría de los instrumentos de información cubren todos los sectores (intersectoriales), existen aquellos que se dirigen a industrias específicas tales como la industria pesada y la financiera. El número de instrumentos dirigidos para las compañías financieras se ha más que duplicado desde 2013 hasta 2016, representando casi el 40% de instrumentos específicos, según el documento. “Justamente, Chile fue considerado dentro del estudio, ya que se revisaron las normativas asociadas a las NCG 385 y 386 de la SVS respecto al cuestionario de autoevaluación para gobiernos corporativos”, comenta Lorena Herrera, gerente senior de Sustentabilidad y Cambio Climático de KPMG Chile.

Es más, el reporte muestra que del total de instrumentos de sustentabilidad, un 18% pertenece exclusivamente al sector financiero, ubicándose en el segundo lugar, después de los entes gubernamentales (38%) y sobre las bolsas de valores y los reguladores industriales, entre otros (ver gráfico).

La realidad en Chile 

Según el estudio, el 77 % de las empresas analizadas (N100 Chile), reportan información con respecto a su gestión sostenible. De ese total, el 54% tiene reporte de sostenibilidad o deriva a su reporte corporativo. El 46% restante publica información respecto a su gestión sostenible en su memoria anual y en su sitio web.

Incluso, el informe detalla que el 33% de las empresas realiza su reporte de sostenibilidad con metodología GRI. De este universo, 22% verifica externamente su reporte. El 6% de las empresas analizadas realizan su reporte integrado (según su declaración).

Además, el informe destaca que sólo 4 reportes del 6% hacen referencia al IIRC (International Integrated Reporting Council) y el 22% realiza su reporte de sostenibilidad y además incorpora esta información en su memoria anual.

Modelo ESG

Otro de los principales análisis que podría hacerse del estudio de KPMG es cómo el modelo ESG crece cada vez más en diversas industrias. “Definitivamente es un tema relevante en las mesas financieras. En agosto, Fortune mostró el ranking sobre las empresas líderes que están cambiando el mundo por medio de un impacto social positivo (con facturación superior a US$1.000 millones ), las cuales fueron evaluadas y calificadas sobre la base de tres factores: impacto social medible, resultados del negocio y grado de innovación”, dice Herrera.

De hecho, una de las grandes ventajas de esta metodología, según los especialistas, es la medición. Es decir, la comprobación de los datos. “ESG conecta y responsabiliza a las gerencias de negocio de una empresa. Esto es de vital importancia, pues generalmente es la Gerencia de Sostenibilidad la que debe convencer, empujar, y validar con las demás gerencias las acciones sostenibles”, señala Rodrigo Castro, managing partner de ESG Compass, consultora dedicada a este tipo de metodología.

Estudios realizados por Harvard Business School y Yale School of Management muestran que las empresas que invierten en ESG tienen un retorno sobre la inversión de un 23% mayor que aquellas empresas de igual tamaño e industria que no lo hacen. En relación a las empresas que transan en Bolsa el precio de la acción es de un 47% mayor que aquellas que no consideran ESG. “Igualmente existen otros índices de sostenibilidad que son utilizados como indicadores para tomar decisiones de inversión, ya que esta entendido que aquellas compañías que resuelven su plan estratégico integrando el análisis ESG a su análisis financiero, son compañías con menos riesgos y de una productividad sostenida en el tiempo”, apunta la gerente senior de Sustentabilidad y Cambio Climático de KPMG Chile.

Coincidencia en los estudios

Aparte del estudio “Carrots & Sticks. Global trends in sustainability reporting regulation and policy”, desde el año 1993, en forma bianual, KPMG realiza una encuesta internacional respecto a los reportes de responsabilidad corporativa (Survey of Corporate Responsability Reporting) de las 250 compañías más grandes del mundo (G250) según Fortune 500 (2014) y las 100 más grandes de cada país, de acuerdo a sus ingresos.

En la última edición (septiembre 2015) se analizó un total de 4.500 compañías en 45 países. “Ambos estudios indican que en el mundo existen tanto incentivos sociales (demandas de transparencia de los grupos de interés) como requerimientos normativos para conocer aquella gestión asociada a las materias no financieras”, dice Lorena Herrera de KPMG.