Shinzo Abe, el primer ministro de Japón, terminó de delinear los planes de su reforma económica ayer, prometiendo relajar las reglas que controlan la venta de los remedios sin receta y permitiendo que ciertas ciudades experimenten con menos impuestos y desregulación.

Las propuestas, que habían sido discutidas por asesores de Abe, serán incluidas en una más amplia "estrategia de crecimiento nacional" que el gobierno pretende aprobar la próxima semana.

Así, se sumarán a una larga lista de otras medidas de políticas, incluyendo pasos para promover el comercio y la inversión, liberalizar el sector eléctrico dominado por un monopolio, fortalecer la agricultura y mejorar las oportunidades laborales para las mujeres.

La gran campaña para promover la agenda económica de Abe, después del programa de estímulos y una política monetaria más laxa, ha elevado las expectativas de los inversionistas, posiblementes a niveles poco realisatas. Las acciones japonesas comenzaron a caer durante su discurso y terminaron el día con una caída de 3,8%.

"Si es necesario para el crecimiento, estoy preparado para enfrentar cualquier obstáculo", dijo Abe en Tokio.

Los economistas dicen que los cambios estructurales son necesarios para generar crecimiento sostenido a partir del programa del primer ministro, cuyo resultado más visible hasta ahora ha sido sacudir a los mercados con alivio monetario, debilitando el yen y haciendo subir los precios de las acciones japonesas. JS

© The Financial Times Ltd. 2011