Abengoa mantiene la esperanza de recuperar por la vía judicial una parte de los ingresos que la empresa calcula que ha perdido debido a la reforma eléctrica ejecutada por el Ejecutivo. El grupo de ingeniería estima que el valor de sus activos termosolares en España se devaluó en unos US$1,622 millones debido a los cambios regulatorios puestos en marcha por el ministro de Industria.

La vuelta de tuerca a la normativa energética arrancó en julio de 2013 y atacó a la remuneración de las energías renovables, incluidas también las plantas termosolares, área en la que Abengoa es líder, con 681 megavatios a través de 15 plantas.

En el verano de 2013, el Gobierno decidió rebajar la rentabilidad de varias plantas de energías renovables al 7,5% anual con carácter retroactivo. Abengoa estima la caída de los ingresos procedentes de esta área en España en un 33%, con un impacto en cuanto al beneficio bruto total de explotación (ebitda) de unos US$108 millones por ejercicio. Respecto a las cuentas de 2014, hubiera supuesto un total del 7% de la facturación.

Además, todos los activos termosolares son ya propiedad de Atlántica Yield. La mayor parte los controla de forma individual y otras, en conjunto con las firmas japonesa Itochu y JGC Corporation. El traspaso de los activos a la filial, tanto en el momento de su salida a Bolsa como después, se hizo con una devaluación de unos US$1,6220 millones que en última instancia han dañado también la cuenta de resultados de Abengoa.

Una parte de esos activos fueron vendidos a Yield antes de su debut en Wall Street en junio de 2014 y otros, posteriormente. La última venta de dos plantas termosolares en Cáceres se realizó el 27 de julio de 2015, y Abengoa ingresó por ellas un total de 277 millones.