El mayor endurecimiento de las sanciones contra Rusia desde el fin de la Guerra Fría han sido un petardo mojado.

El Micex, índice de acciones basado en las 50 acciones más transadas de Rusia, cerraron la semana casi donde mismo comenzaron el lunes. Los mercados de bonos también parecieron tomar la noticia a su favor: los costos de endeudamiento del gobierno ruso subieron a 9,5% pero siguen por debajo de sus máximos del año a la fecha. Esto probablemente no es lo que los políticos occidentales tenían en mente cuando el presidente estadounidense, Barack Obama, prometió que las nuevas medidas serían incluso más dañinas.

Las sanciones, que entraron en vigor el viernes, prohiben a los bancos estatales y compañías clave emitir deuda de largo plazo o acciones en los mercados de capitales de la Unión Europea o Estados Unidos, tradicionalmente grandes conductos del sector financiero ruso. La deuda de corto plazo (hasta 90 días) todavía está permitida aunque no hay restricciones a los bonos del gobierno ruso. De la misma forma, no hay prohibición de comprar acciones rusas existentes o bonos en circulación.

Para los inversionistas globales la pregunta es si debieran vender o si es momento de comprar.

“Mucha gente está saltando al tren del pánico y eso crea una oportunidad”, dice Michael Ganske, director de mercados emergentes en Roge Global. “Hay un desencajamiento del precio de mercado con la gente transando a partir de lo que lee en los titulares, entonces es un buen momento para invertir en ese país si eres un inversionista estratégico de largo plazo”.

Las acciones rusas, transándose a un ratio promedio de precio/utilidad de cinco veces, son las más baratas entre los principales mercados emergentes, según los analistas. En los activos de renta fija, los precios de los bonos también se ven baratos según ciertas medidas. Los seguros sobre los bonos rusos, por ejemplo, han subido 13% en una semana, según cifras de Markit. Los seguros comparables sobre la deuda turca o sudafricana es 50 puntos base o menos.

“Es una vía de doble sentido por ahora: muchos inversionistas están viendo esto como una oportunidad de comprar y otros están vendiendo”, dice Ganske. “Yo estoy invirtiendo a largo plazo sobre la base de que una resolución es el escenario más probable considerando que las sanciones de la UE deben revisarse en octubre”.

Es difícil ser optimista. Los mercados podrán haber pasado por alto la noticia, pero muchas empresas, en particular los bancos rusos, han sentido la ola de sanciones.

La semana pasada, Sberbank, el mayor banco de Rusia, vio sus costos de financiamiento incrementarse en 16%, según Markit. El precio de asegurar los bonos de Sberbank contra un default, un buen enfoque sobre los costos de financiamiento, subieron a 324 mil euros por 10 millones de euros, más del triple que el promedio de los bancos europeos. Otros grandes bancos, como el Russian Agricultural Bank y VTB, también vieron grandes incrementos.

Mientras, grandes empresas rusas están girando hacia Asia, y llevándose su efectivo. Megafon, el segundo mayor operador de telefonía móvil de Rusia, dijo que había convertido 40% de sus reservas de efectivo en dólares hongkoneses  a bancos chinos.

Se espera una caída económica mayor. Los banqueros de Londres advirtieron que las IPO de las empresas rusas probablemente se secarán por completo. Las empresas europeas reportaron una caída en sus unidades de negocios rusos, liderados por la empresa de ropa deportiva de Adidas y el fabricante automotriz Volkswagen. Mientras, S&P Dow Jones ha preguntado a sus clientes si debiera remover a las empresas rusas sancionadas de sus índices financieros seguidos de cerca por los analistas.

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