La contabilidad es parte esencial de una organización. Desde el punto de vista tributario, por ejemplo, la contabilidad es el cimiento que ayuda a determinar los resultados de la empresa, que sirven para cumplir adecuadamente con sus obligaciones tributarias.
Dada esta importancia, hay que recordar que en los últimos años, en Chile, la disciplina contable ha vivido grandes y apresurados cambios. Entre ellos, se encuentran la introducción de las normas internacionales de contabilidad y la derogación de los tradicionales Principios Contables Generalmente Aceptados (PCGA); las reformas tributarias que diversos gobiernos han implementado; la introducción en forma obligatoria de la facturación electrónica, que cambió para siempre el día a día de los contadores, por sólo nombrar algunos de los cambios.
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En este escenario, llama la atención que en el país no se haya planteado cómo enfrentar el desafío que implica que los profesionales de la contabilidad se pongan al día en estas materias. Con el desarrollo actual del país, es necesario plantear si es conveniente crear una certificación periódica para aquellos profesionales a quienes se les entrega una parte tan esencial del desarrollo de una empresa, como es la información. Por supuesto, esta exigencia no puede ser establecida sin un esfuerzo masivo de capacitación, que permita a todos los interesados actualizar sus conocimientos a bajo costo.
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Es hora de que los actores involucrados en este delicado tema, como empresarios, colegios profesionales, instituciones de educación y el Gobierno, se sienten en una mesa a discutir de qué manera enfrentan este desafío. El no hacerlo, significará un lastre para el desarrollo de nuestras empresas, en especial, para las más pequeñas.
*El autor es académico DCS Universidad de Chile.