Más de 400 de los mayores bancos, inversionistas y emisores de deuda de todo el mundo llegaron a un acuerdo para lidiar con los países con problemas financieros y sus acreedores, en una apuesta por evitar que se repita la pelea que llevó a Argentina a un default.

Luego de meses de conversaciones convocadas por el Departamento del Tesoro, tras la reestructuración de Grecia, expertos de deuda hoy revelarán un marco que podría transformar las relaciones entre naciones endeudadas y acreedores. Las demandas de los acreedores contra los gobiernos en default se han duplicado en la última década y los cambios se producen en momentos en que los niveles de deuda soberana han subido a máximos récord.

La pelea por los recientes defaults volvió a generar llamados para crear un tribunal internacional de quiebras, pero los participantes del mercado y las autoridades de Washington favorecen una respuesta voluntaria, en vez de nuevos mecanismos reglamentarios.

La Asociación Internacional de Mercados de Capitales, cuyos miembros incluyen bancos, inversionistas y emisores de deuda, han creado nuevas cláusulas para la inclusión en contratos de deuda soberana que darán a los países la opción de comprometer a todos los inversionistas a decisiones acordadas por la mayoría.

Esto hará más difícil para los holdouts pequeños poner en peligro los acuerdos de reestructuración dándoles a los países la opción de emplear un solo voto sobre todos los bonos, con un límite de votación de 75%, si reestructura su deuda. Los cambios dificultarán las opciones de los llamados inversionistas “buitres” de comprar participaciones con capacidad de bloquear decisiones.

Alternativamente, los gobiernos pueden realizar votaciones sobre cada bono, o votaciones sobre bonos individuales y una segunda votación sobre toda la deuda. La opción final se ha vuelto una cláusula estándar en los bonos de los gobiernos de la eurozona desde 2013.

Un cambio adicional busca dejar claro que la cláusula “pari passu” signifique tratamiento igualitario pero no pago igualitario para los tenedores de bonos.

Cerca de la mitad de todos los defaults de deuda de gobiernos ahora provocan demandas de los acreedores, y en países como Congo, Ecuador, Irak, Perú y Polonia, pequeños números de inversionistas privados se han negado a hacerse parte de los planes de los gobiernos para reestructurar deuda, esperando un pago completo.

“La arquitectura existente de los contratos de bonos tiene fallas en las cuales los holdouts pueden desestabilizar un acuerdo”, dijo Deborah Zandstra, socia en la firma legal Clifford Chance.

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