El gobierno británico logró un acuerdo con la empresa de servicios básicos francesa EDF para construir la primera nueva planta nuclear del país en una generación.
El acuerdo se alcanzó luego de que el gobierno garantizara un precio de 92,50 libras por megawatt hora para electricidad producida en Hinkley Point C en Somerset.
Este precio, que está indexado a la inflación del consumidor, es cerca del doble del precio de la energía, por lo que el estado pagará la diferencia entre este y el precio mayorista de mercado cuando la planta empiece a producir en 2023, si el precio mayorista es menor.
Se trata de la parte más importante de un acuerdo esperado por largo tiempo entre el gobierno y EDF y allana el camino para la construcción de una estación de energía de 16.000 millones de libras que, cuando esté terminada en 2023, entregará el 7% de la electricidad de todo Reino Unido.
El primer ministro británico, David Cameron, aplaudió el acuerdo, diciendo que crearía 25 mil puestos de trabajo durante la construcción (y una vez terminado, dará empleo a 900 personas) y que representaba "la próxima generación de energía nuclear en Reino Unido, la cual tiene que jugar un papel importante en cuanto a su contribución a nuestras futuras necesidades de energía y a la seguridad de nuestro abastecimiento en el largo plazo".
"Un acuerdo excelente para consumidores británicos y Reino Unido", fue la evaluación del secretario de Energía y Cambio Climático, Ed Davey, quien dio a conocer el acuerdo.
Los dos reactores, que se construirán en Hinkley Point en Somerset, son un pilar en el intento del gobierno por atraer 110.000 millones de libras en fuentes de infraestructura energética bajas en carbono para ayudar a alcanzar metas de reducción de carbono y mantener encendidas las luces en el país.
Sin embargo, dado lo largo del contrato (35 años) y la dificultad de predecir los precios de la energía, la mayoría de las evaluaciones del acuerdo, desde el punto de vista de los consumidores, son estimaciones.
¿Cómo funciona el acuerdo? El gobierno está, en esencia, garantizándole a la empresa EDF y sus socios un precio por su electricidad. El objetivo es ayudar a reducir el riesgo de inversión del proyecto, que se espera que tenga un valor de 16.000 millones de libras.
Bajo el acuerdo, si los precios mayoristas suben sobre el precio acordado de 92,59 libras por megawatt hora, EDF y sus socios deben reembolsar la diferencia.
Este dinero es devuelto a los contribuyentes, no el gobierno. Al contrario, si los precios mayoristas caen bajo el precio acordado, el consorcio recibe un recargo para hacer el balance. En la práctica, el dinero no vendrá de los contribuyentes, sino de los consumidores de electricidad. El mismo tipo de apoyo se está ofreciendo a otras formas de generación bajas en carbono.
Si EDF construye más reactores en otro sitio, Sizewell, el precio acordado caerá a 89,50 libras por megawatt. La reduccción refleja el hecho de que los costos por una estación nuclear "primera en su tipo" bajan, a medida que las economías de escala arrancan. ¿Es un "acuerdo excelente"? Davey asegura que entregará "una fuente segura, confiable y local de electricidad".
El contrato también contiene acuerdos de "participación en incrementos", que aseguran que si el costo por construir Hinkley es menor de lo presupuestado, los consumidores se beneficiarán. Antony Froggatt, investigador de Chatham House, dice que la presentación en 2006 de EDF a la revisión de energía del gobierno, estableció que el desarrollo de un reactor de agua a presión costaría 23,50 libras por megawatt o 28,80 libras por megawatt a valores de 2013.
"Este incremento de más de tres veces en ocho años, ubica el costo de la energía en casi el doble que la tasa actual de mercado, y más alto que lo producido por estaciones de gas y carbón, y también hace que sea más costoso que muchas opciones de energía renovable", señaló.
Tampoco se sabe qué implica para las cuentas de la electricidad.
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