Bajo la lupa del Servicio Nacional de Aduanas está el sector minero, particularmente las operaciones de cobre, oro y litio.
¿La razón? Las diferencias que están experimentando los informes de variación de valor (IVV) -información que permite a Aduanas tener el valor definitivo de las exportaciones- con los valores que se están efectivamente exportando, afectando de esta manera los cálculos de rentas internas. Y así la tributación.
Si bien la diferencia entre ambas partes no es nueva, si lo es el foco con que Aduanas ha buscado aplacarla. En el marco de las modificaciones introducidas en la Reforma Tributaria y la Ley 20.997 que modernizó la legislación aduanera, el organismo ha destinado recursos adicionales en instalaciones y profesionales para elevar la supervisión de los embarques, lo que se ha traducido en que la fiscalización aumente más de 1.400% entre 2015 y 2017, totalizando 173 a la fecha.
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"Nos interesa garantizar el cumplimiento tributario de las empresas. Por ejemplo, hemos auditado empresas mineras, y este año hemos hecho denuncias significativas de varios millones de dólares, porque los valores que se estaban presentando a la exportaciones estaban deducidos de manera improcedentes. Había comisiones y ajustes que se estaban haciendo a la baja en el valor de las exportaciones, y eso bajaba la base imponible por la cual la empresa tributaba en el país", comentó Ana Karina Ochoa, encargada de control minero del departamento de fiscalización de Aduanas.
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Y continúa: "Vamos a tener controversias con algunas empresas porque hemos llegado a cuestionar el valor declarado, porque las condiciones contractuales han deducido del valor de la exportación, que forma parte de la renta, conceptos que son improcedentes desde el punto de vista aduanero".
En este sentido, el llamado Plan de Control Minero de Aduanas tiene como objetivo disminuir la evasión tributaria, a través de medidas de control que permitan detectar la evasión y promuevan el cumplimiento voluntario por parte de los operadores. Y este incluye auditorías a empresas, el fortalecimiento de las capacidades de muestreo, el análisis en el renovado laboratorio químico de Aduanas, además de una mayor fiscalización.
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En cifras, este año se han realizado 173 supervisiones al sector, muy por encima de las 11 que se registraban dos años atrás, en 2015. Estas fueron dirigidas principalmente en puertos y un 86% del total se le realizó a la minería metálica y un 14% a minería no metálica.
Dado tal fiscalización, a septiembre se han efectuado 2003 denuncias, 54% por encima de 2015. Además en este año se han presentado 28 denuncias de origen penal, que representan un 47% de aumento para el mismo período.
Según indican desde el organismo, el foco ha estado puesto principalmente en las exportaciones de cobre y oro, por ser las que lideran los envíos dentro de la minería no metálica. Ello, sin perjuicio de que también se ha vigilado de cerca los envíos de litio, por el boom de precios que experimenta.
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Para este último se ha realizado un trabajo técnico entre los laboratorios químicos de Aduanas y la Comisión Chilena de Energía Nuclear (CCHEN) para desarrollar y validar técnicas analíticas que permitan hacer los análisis químicos a productos de litio.
Desde Aduanas percisan que desde que se implementó el plan se ha evidenciado una mejora en el cumplimiento por parte de los exportadores en la presentación de los informes de variación de valor.