Un número importante de afiliados muere sin dejar cónyuge o hijos con derecho a pensión. En estos casos los dineros acumulados constituyen herencia y los saldos de las cuentas del causante pasan a formar parte de la masa de bienes heredables.

En los últimos doce años han fallecido 237 mil afiliados a las AFP, los que han dejado cerca de US$1.000 millones de fondos previsionales que se han entregado en calidad de herencia a sus familiares o beneficiarios.

Del total, cerca de US$100 millones corresponden a la cuota mortuoria que costea los gastos funerarios.

El promedio que dejó en herencia cada afiliado es de $8,8 millones.

Un 70% eran afiliados “no pensionados” y un 30% recibía pensiones por retiro programado o renta temporal, al tiempo que el 75% eran hombres y el 25% restante mujeres.

La tasa de fallecimiento promedio anual en los últimos doce años supera 0,2% del total de afiliados en el Sistema. Lo anterior, mientras que la edad promedio al momento de fallecer es de 47 años, donde el 50% de aquellos que se encontraban trabajando al momento morir estaba entre los 40 y los 60 años.

Aquellos que ya se encontraban pensionados, en tanto, promedian los 65 años al momento de morir.

En igual período (2004-2015), se registraron 95.681 solicitudes de pensiones de sobrevivencia, lo que implica que en un 40% de las defunciones se generaron estos beneficios para los cónyuges, convivientes civiles; hijos; padres o madres de hijo de filiación no matrimonial o padres.

Con todo, en el 29% de los casos restantes los familiares no han ejercido acción. “Podrían ser casos de fallecimiento en los que los beneficiarios no han cobrado pensiones de sobrevivencia; casos en los que el causante tenía saldo cero al momento del deceso o bien podrían ser ahorros previsionales susceptible de ser retirados como herencia, siempre que existiera saldo en algunas de las cuentas que administra una AFP”, detalla la asociación de AFP.