A lo largo de los años, Hitoshi Kondo, empleado de Japan Agriculture, una red de cooperativas agrícolas que domina la vida rural en Japón, ha dirigido un supermercado propiedad de JA y ha vendido seguros de vida JA. Hoy, trabaja para JA Bank, financiera para los 2,2 millones de agricultores del país.
Kondo teme que el primer ministro, Shinzo Abe, perjudique su forma de vida, y la de sus vecinos y clientes, al sumarse a las negociaciones del Trans Pacific Partnership, un acuerdo comercial entre EEUU y otros 10 países (entre ellos, Chile).
Abe y sus asesores piensan que liberalizar el comercio impulsaría la economía nipona al mejorar el acceso a los mercados extranjeros para los manufactureros y forzando a las industrias locales protegidas -incluyendo la agricultura- a hacerse más productivas.
“Si los productos de EEUU o Australia entran al mercado, no hay manera de que puedan competir”, plantea Kondo, citando los altos costos asociados con los pequeños predios japoneses. “Los agricultores saldrán del negocio y el medioambiente se verá destruido. No queremos ser sacrificados por el bien de los autos y la electrónica”.
Abe se ha comprometido a proteger los “hermosos” campos de arroz nipones y “la seguridad de los alimentos”. Aún así, al actuar contra la visión de Kondo, y la mayoría del sector agrícola nipón, ha dejado claro que el lobby ha perdido gran parte de su poder.
Los agricultores representan menos de 4% de la fuerza laboral de Japón y generan apenas 1% de su PIB, pero el apoyo a las barreras para las importaciones por parte de JA y sus aliados en el ministerio de agricultura han hecho de Japón un lastre para los acuerdos comerciales. Ha firmado apenas un puñado de acuerdos limitados, con países como México, Suiza y Perú.
Los agricultores japoneses están entre los más protegidos en el mundo, con la mitad de sus ingresos promedio proviniendo de subsidios y apoyo a los precios, según la OCDE. Esto se compara con un 20% en la UE y 10% en Estados Unidos.
JA advierte que si Japón se suma al TPP, “ya no podremos comer la comida segura que ha nutrido nuestras vidas”. El Ministerio de Agricultura ha dicho que sin las barreas comerciales, la producción agrícola de Japón podría contraerse en 50%. El fin de semana, varios miles de agricultores protestaron en Tokio.
De toda maneras, una encuesta publicada ayer, muestra que 60% de la población apoyaba la decisión de Abe.
En las negociaciones del TPP, un problema para Abe será que Japón depende proporcionalmente más de las barreras comerciales para apoyar a los agricultores en comparación con otros países. EEUU y Europa empezaron a cambiar desde impuestos a las importaciones a subsidios directos en los ’60, pero en Japón los agricultores reciben más del doble del ingreso de los apoyos a los precios basados en los aranceles en comparación con los pagos directos, según la OCDE.
Debes saber
¿Qué ha pasado?
Los agricultores nipones no quieren que su país entre al TPP. Pese a que los agricultores generan apenas 1% de su PIB, sus aliados en el Ministerio de Agricultura han hecho de Japón un lastre de los acuerdos comerciales.
¿Qué consecuencias tiene?
Japón ha firmado apenas un puñado de acuerdos limitados, con países como México, Suiza y Perú.
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