Durante la mayor parte de su historia, el Peninsula Hotel en Nueva York tuvo, en palabras del gerente general Jonathan Crook, un "arte hotelero genérico sin importancia".
A partir de 2010, sin embargo, comenzó un ambicioso programa que consiste en la exhibición de una variedad de obras de arte contemporáneas que van variando, procedentes de un coleccionista llamado Álvaro Leal y su compañía con sede en Manhattan, Circa 1881. "Desde el 2015 hemos tenido cuatro o cinco rotaciones" de arte nuevo, dijo Crook, "y han sido muy bien recibidas".
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Con ocasión de su trigésimo aniversario, el Peninsula quiso celebrar el arte hecho por estrellas de la década de 1980: obras de artistas como Francesco Clemente, Andy Warhol y Jean-Michel Basquiat.
Crook se puso en contacto con Asher Edelman, un financiero convertido en marchante de arte y convertido en financiero de arte, que tenía un conjunto de grabados "Mao" de Warhol en consignación de un coleccionista que esperaba venderlos por US$850.000. Edelman había tenido los grabados por alrededor de un año, y "teníamos cierto interés genuino" pero no ofertas concretas, dijo.
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El consignador de los grabados "Mao" "nos autorizó para alquilar las obras en cualquier tipo de lugar seguro donde pudieran exhibirse bien", dijo Edelman. Así que habló con el Peninsula, y se llegó a un acuerdo: el consignador las alquilaría al hotel por un período de tres meses, y a cambio de negociar el trato, Edelman, a través de su compañía Artemus, recibiría un porcentaje del pago de arrendamiento.
Edelman no reveló cuánto pagó el Peninsula, pero dijo que "para grandes obras de arte, se pagará algo como de 8 a 10 por ciento por año" para arrendarlas. El seguro y los costos de instalación son adicionales, dijo.
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"Solo han estado durante una semana, y están generado mucho interés", dijo Crook. "Ha sido una sorpresa".
Esfuerzo creciente
El acuerdo es el ejemplo más reciente de un creciente esfuerzo de comerciantes, coleccionistas y financieros de rentabilizar su arte de maneras que trasciendan simplemente la compra o venta.
"Creo que un activo debe estar unido a un flujo de efectivo", dijo Edelman. "Si vas a estar en el negocio del arte, quieres ser un prestamista o un arrendador, y probablemente no quieres simplemente ser un especulador". En otras palabras, al crear un negocio de alquilar su arte en lugar de comprar obras con la mera intención de vender, Edelman no está expuesto (al menos en teoría) a la posibilidad de vender una obra por menos de lo que piensa que vale. "Prefiero ganar dinero al 10 por ciento anual que arriesgar el valor del arte", dijo.
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El negocio de Edelman, que combina préstamos y financiación de arte, venta y arrendamiento, es una de las diversas formas de rentabilización que han aparecido en el mundo del arte en los últimos años.
"Eso se ha convertido en un tema dominante, sobre todo porque hay un montón de gente tratando de promover esa idea", dijo Marion Maneker, fundador de Art Market Monitor. "Y es como cualquier otra cosa; es marketing".
Los defensores del concepto de arte como un activo, continúa, "están convenciendo a las personas hasta el punto en que comienzan a pensar: ¿por qué debería tener mi dinero inmovilizado en esta obra de arte si puedo financiarla?"
Bancos como Citibank, J.P. Morgan y U.S. Trust han comenzado a cortejar agresivamente a los coleccionistas con proposiciones relativamente directas en la línea de préstamos contra colecciones. Otros, como Edelman, han comenzado a volverse creativos y el programa de arrendamiento es la instancia más reciente.
¿Pero funcionará?
La pregunta, sin embargo, es si funcionará. "La idea en general de alquilar arte tiene sentido", dijo Maneker. "Pero no creo que nadie esté realmente generando ingresos reales o un flujo de ingresos con ello".
Sorprendentemente, el fundador de Circa 1881, Leal, está de acuerdo. Después de más de siete años alquilando sus obras de arte, advierte que los márgenes son mínimos. "Está el costo de trasladar las obras de arte e instalarlas y protegerlas adecuadamente", dijo. "Y el margen que se puede cobrar sobre eso por el alquiler real de las obras no es muy grande".
Pero Leal cree que el mercado tiene potencial. El principal obstáculo, dice, es que las personas fuera del mundo del arte necesitan aprender cómo apreciar las obras de gran valor.
"A medida que el mercado se desarrolle, y la gente comience a valorar una obra de Jeff Koons sobre un artista de la calle", dice," entonces los márgenes pueden aumentar".