El tema políticamente tóxico sobre la ayuda financiera a Grecia estalló en la campaña electoral de Alemania ayer cuando Wolfgang Schäuble, ministro de Finanzas germano, reconoció por primera vez que Atenas necesitaría un tercer rescate.
Con poco que separe a los Demócrata Cristianos de la canciller, Angela Merkel, de los principales opositores Social Demócratas (SPD) en su enfoque de la crisis de deuda de la eurozona, el tema había sido delicadamente evitado en el periodo previo a las elecciones generales del 22 de septiembre. Pero un intento esta semana de Peer Steinbrück, el favorito candidato del SPD que espera derrocar a Merkel, por reenfocar la atención sobre el silencio del gobierno sobre el tema, pareció aflojar la lengua de Schäuble.
"Tendrá que haber otro programa en Grecia", para ayudar al país a cumplir la financiación de la deuda que aún afronta, dijo Schäuble en un acto de campaña, cerca de Hamburgo.
Una brecha de financiación de entre €3 mil millones y €4 mil millones se hizo evidente en el segundo rescate de €172 mil millones de Grecia a principios de verano (boreal), pero las autoridades habían tratado de restarle importancia al déficit. La promesa no oficial de silencio por parte de los políticos alemanes sobre cómo cerrar la brecha también ha sido observada de cerca por otros prestamistas internacionales de Grecia antes de la votación, por temor a desencadenar una reacción negativa del público en Alemania.
Schäuble "anteriormente había dejado abierta la pregunta de si Grecia necesitaba otro rescate", dijo Carsten Schneider, vocero de presupuesto del SPD.
El ministro Schäuble dijo que sus comentarios estaban en línea con anteriores declaraciones: "al público, al Parlamento siempre se le ha dicho". No puede haber más perdón de la deuda para Atenas, sostuvo.
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