La preocupación por el nivel de abstención en las elecciones municipales que se avecinan ha ido creciendo, y con razón. Según una encuesta realizada por Cadem, el 96% de los encuestados sabe que se realizarán elecciones el domingo 23 de octubre, pero sólo un 43% de los consultados ya resolvió que “definitivamente votará”. Asimismo, el 27% determinó que no irá a las urnas. Entre los indecisos, un 16% afirmó que “probablemente votará”, y un 13% que probablemente no concurrirá a las urnas. Lo anterior si se considera que siempre se tiende a sobrerrepresentar la intención de voto, ya que muchas personas que dicen que votarán, finalmente no sufragan.
Hay quienes creen que el culpable es el voto voluntario, por lo que habría que analizar volver la obligatoriedad de la votación. De hecho, la mayoría de las personas entrevistadas por Cadem cree que si acude menos gente a las urnas, se debería volver al voto obligatorio.
Sin duda es algo que debe analizarse, sobre todo en un contexto en que las personas sólo parecen tener derechos y no obligaciones. Sin embargo, no es presentable que los cambios se hagan ahora, puesto que no ha transcurrido el tiempo necesario de evaluación, por lo cual lo razonable es esperar hasta después de las elecciones presidencial y parlamentarias del próximo año.