Las tensiones han comenzado a surgir entre los líderes de la Unión Europea (UE) sobre cuán dura es la ruta a seguir con Grecia cuando las perspectivas amenazan con una victoria de los partidos que se oponen a duras condiciones de rescate para el país en las elecciones del próximo mes.

El nerviosismo entre los legisladores de la eurozona en cómo atacar el  tema que podría terminar con Grecia saliéndose de la moneda única fue reflejado en el hecho de que la situación de este país no estaba formalmente en la agenda de la cumbre de la UE ayer en Bruselas.

Pero, los enfoques diferentes fueron evidentes antes  de la reunión.

En su reporte mensual, el Bundesbank de Alemania insistió en una línea dura, compartida por la Comisión Europea, diciendo que cualquier flexibilidad en los términos del rescate de €174 mil millones para Grecia cuestionaría nuevamente todos los esfuerzos en disciplina fiscal que la UE ha estado construyendo en los últimos dos años.

“Una dilución significativa de los acuerdos existentes dañaría la confianza en todos los acuerdos y tratados de la eurozona y fuertemente debilitaría los incentivos para la reforma nacional”, dijo el Bundesbank.

Añadió que el resto de la eurozona podría hacer frente a una salida griega: “Los desafíos que esto crearía para la zona del euro y para Alemania sería considerable pero manejable, dado el prudente manejo de crisis”.

Pero han habido señales de que París, Roma y Londres, estarían profundamente preocupados por los potenciales efectos de contagio de una salida griega, que algunas concesiones podrían ser requeridas para fortalecer las posiciones de los partidos griegos pro rescate.

“Debemos trabajar duro en cambiar la forma en que estamos manejando la crisis griega”, indicó una autoridad italiana. “No podemos cometer suicidio porque el 3% de la economía europea no está andando. Debemos hacer más para apoyarlos”.

David Cameron, el primer ministro del Reino Unido, le dijo a sus pares en la reunión que Grecia necesitaba más apoyo y más tiempo para alcanzar sus metas de déficits. François Hollande, el nuevo presidente socialista de Francia, luego de estar con Mariano Rajoy, señaló ayer en París: “Haré todo lo que pueda en mi posición para convencer a los griegos que elijan quedarse en la eurozona y también convencer a los europeos que pueden dudar de la necesidad de mantener a Grecia dentro del euro”.

Las autoridades francesas han sugerido que podría existir  algún tipo de flexibilidad sobre cuánto tiempo se le dará a Grecia para que logre sus objetivos fiscales. Pero ellos reconocieron que Grecia debe implementar reformas básicas que están propuestas en el paquete de rescate.

También hay preocupación en París de no decir nada que podría estimular el apoyo para Syriza, el partido de izquierda, y anti austeridad que está corriendo codo a codo con el tradicional partido Nueva Democracia de caras a las elecciones del 17 de junio.

“Si proviene desde afuera, es contraproducente”, un diplomático de la UE indicó, argumentando que los políticos griegos y las elites eran los únicos que podían estructurar el debate. De hecho, algunos analistas griegos han ido tan lejos, como culpar a los líderes de la UE por impulsar la popularidad y el éxito de Alexis Tsipras, el líder de Syriza, al recordarle a los griegos de la necesidad de reforma.

“Wolfgang Schauble, Angela Merkel, muchas personas en la UE, están siendo sus mejores esfuerzos para hacer de Tsipras el primer ministro”, indicó Aristides Hatzis, profesor de derecho y economía de la universidad de Atenas, tras la elección de mayo.

Tan preocupante para algunas autoridades de la UE como el impacto financiero de cualquier intervención que ellos hagan, es que también provocaranuna corrida bancaria en Grecia y otros países periféricos  de la eurozona, al sugerir que Grecia se vaya a ir del euro. Públicamente, altos personeros de la UE han negado cualquier tipo de plan de contingencia haya ocurrido, por miedo a que pueda desatar el pánico financiero.

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© The Financial Times Ltd, 2011.

Debes saber

¿Qué ha pasado?
Los líderes ya han comenzado a manifestar sus diferencias sobre cómo manejar la situación económica y política en Grecia.

¿Por qué ha pasado?  
Los temores de que Grecia abandone el euro son cada vez más fuertes, además, temen que elijan a un presidente que no adopte las medidas de austeridad.

¿Qué consecuencias tiene?
Los líderes temen por el impacto que pueda tener en la confianza de los acuerdos y tratados, y como repercuta en las economías domésticas.