Tanto Obama como Romney apenas abordaron la discusión sobre América Latina en sus discursos sobre política exterior y la región prácticamente pareció no formar parte de los debates. La razón es que las preocupaciones e intereses del voto hispano en EEUU no radican en América Latina.
“Este votante está más preocupado por temas como la reforma migratoria, la economía y educación. Es decir, temas domésticos de EEUU. Por eso es que la región no fue mencionada en esta campaña”, contó a PULSO el experto para Latinoamérica del Cato Institute, Juan Carlos Hidalgo.
Influyó también que en esta oportunidad América Latina es una región estable que está creciendo a tasas saludables y donde la democracia -con algunas excepciones- se está consolidando, explicó.
Así fue como la atención de los candidatos giró en torno a zonas del planeta conflictivas que presentan retos para la seguridad nacional de EEUU. Pero, en aquellas áreas en donde sí se debió haber mencionado a América Latina, como la guerra contra el narcotráfico y sus letales consecuencias en México y Centroamérica, la omisión se explica más por el hecho que las políticas de ambos candidatos sobre dicho tema son básicamente idénticas, por lo que no tendrían mucho que debatir al respecto, agregó el experto.
En su campaña, Romney sostuvo que EEUU tiene grandes oportunidades comerciales que aprovechar de la región latinoamericana y que quiere establecer un grupo multilateral para fomentar el libre comercio. En esa línea, acusó a Obama de dilatar demasiado los TLC con Colombia y Panamá y lo criticó por relajar las sanciones contra Cuba.
Romney también alertó sobre la influencia de Irán, particularmente en Venezuela, donde Hugo Chávez fue su blanco principal de ataques. Obama, en tanto, dijo que pretende doblar las exportaciones hacia la región en tres años más, pero no ahondó realmente en las relaciones intercontinentales.
VOTO CRUCIAL
La decisión de los latinos podría definir la elección de mañana, dado que los hispanos que podrán votar son casi 2 millones más que en 2008 y, aunque no es definitivo por qué candidato se inclinará el bloque, las encuestas muestran una tendencia que favorece al actual mandatario, de 70% contra 30% aproximadamente.
La comunidad latina representa 11% del total de votantes, pero su porcentaje en algunos estados sube a 13% e incluso llega a ser tan alto que podría cambiar totalmente la decisión final, como en Nevada y Colorado o Florida, donde la cifra escala a 27%.
El voto de la comunidad hispana podría verse influenciado también por haber sufrido la mayor pérdida de activos debido a la recesión, en gran parte por la reducción en el valor de inmuebles, más que cualquier otro grupo étnico, según el censo estadounidense.
La debilidad del mercado inmobiliario también perjudicó a muchos trabajadores latinos, que representan a gran parte de la fuerza laboral del sector construcción estadounidense.