Múltiples han sido los flancos abiertos, heredados de las negociaciones entre Angela Merkel y Martin Schulz para dar estabilidad política a Alemania, a medida que algunos empiezan a ver la nueva etapa de Merkel al poder como su última.
Nunca antes desde la posguerra había costado tanto a un partido poder formar alianza de Gobierno.
La firma del documento, que será votado por ambos partidos en las próximas semanas requirió duros sacrificios políticos, recriminaciones de la propia militancia e incluso "salidas de libreto" con ventilaciones a la prensa, que han remecido la interna tanto de la Unión como el SPD.
En ese contexto y aunque no hay ningún sucesor de Merkel inmediatamente a la vista, su autoridad está siendo cuestionada en algunas facciones de su partido. Entre los críticos figuran los conservadores fiscales y sociales, jóvenes activistas del CDU y opositores a su política de refugiados de fronteras abiertas, que ayudaron a impulsar al partido de extrema derecha Alternativa para Alemania a llegar al parlamento.
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Es por esto que los analistas observarán con atención la conformación de su gabinete, que según ha trascendido tendrá figuras jóvenes y con más experiencia, para ver si surge algún nombre de un posible sucesor.
Una entrevista como estrategia
Para el bloque conservador (CDU/CSU) fueron muy difíciles las concesiones hechas por Angela Merkel a los socialdemócratas.
Uno de los cupos más dolorosos, sin duda, fue el Ministerio de Finanzas, que será encabezado por Olaf Scholz, alcalde de Hamburgo.
Su nombre generó rechazo rotundo en las filas de la Unión, pues su estilo liberal dista del actual titular, Peter Altmaier, y porque además el partido pierde influencia en la política de Hacienda, cargo clave en la formación del Gobierno alemán.
Razón suficiente para Angela Merkel diera una entrevista a ZDF para aclarar parte de los acuerdos e indicó que "la alternativa hubiera sido no formar Gobierno. En ese sentido, la CDU ha pagado un alto precio por una nueva gran coalición pero es un precio que se puede defender".
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Schulz con los días contados
No sólo Merkel tiene problemas internos. Más debilitado quedó el presidente del SPD, Martin Schulz, quien usó su cuenta de Twitter para informar que renunciaba a la cartera de Asuntos Exteriores, explicando que con su salida espera "que se terminen los debates al interior del SPD. Todos hacemos política para la gente de este país".
Además, el partido quedará este martes en manos de Andrea Nahles, ex ministra de Empleo y Asuntos Sociales, y actual presidenta del grupo socialdemócrata en el Parlamento alemán.
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