Desde que Chile se unió a la OCDE, Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico, en mayo del 2010, se comprometió como país a compatibilizar su crecimiento económico con la sostenibilidad.
Desde entonces, el Gobierno se abocó a elaborar la Estrategia Nacional de Crecimiento Verde, la que fue trabajada por el Ministerio de Hacienda, que tiene bajo su responsabilidad fundamentalmente, lograr el crecimiento económico del país, reducir la pobreza y producir empleo, en conjunto con el Ministerio de Medio Ambiente, organismo que primordialmente debe velar por la preservación del entorno y el adecuado uso de los recursos naturales.
No se pueden desconocer los avances logrados en materia de regulación, respecto de los contaminantes asociados a las descargas de residuos líquidos a aguas marinas, superficiales y subterráneas, la regulación de las emisiones de vehículos motorizados livianos, medianos y pesados, el control de emisiones para centrales termoeléctricas, calefactores, y tantas otras regulaciones de distinto tipo que se han venido implementando, todas ellas con el objeto de contribuir a bajar las emisiones, a aumentar el cuidado del medio ambiente y a preservar los recursos naturales.
Asimismo, la creación por el Ministerio de Economía del Consejo de Responsabilidad Social para el Desarrollo Sostenible, significó un paso importante al constituir una importante mesa de trabajo que tiene grandes proyecciones en el sentido de ir sumando aportes que vayan complementando y ampliando la estrategia de crecimiento país, de la mano de la sostenibilidad.
Con esto, el nuevo Gobierno deberá determinar si continuará con esta mesa de trabajo, la que podría tener un rol fundamental para la sociedad. Al representar a todos los estamentos, puede aportar una mirada multidisciplinaria que entregue elementos capaces de conducir a políticas públicas sólidas y visionarias.
El Pacto Global tiene un asiento en esa mesa de trabajo y representa a las empresas y organizaciones que han tomado la vía del desarrollo sostenible. Es mucho lo que ellas tienen que decir, por su experiencia en la forma de enfrentar las regulaciones y acerca de aquellas áreas donde aún no las hay. No sólo donde se han dado muestras de buenas prácticas, sino en aquellos casos en que se han producido situaciones conflictivas, a partir de las cuales se han obtenido valiosas lecciones aprendidas.
Además, siendo Chile un país exportador, estará cada vez más "presionado" a demostrar la forma en que sus bienes y servicios son producidos. Sus clientes en las distintas partes del mundo, exigirán en forma creciente, que se cumplan ciertas condiciones de responsabilidad que están muy bien expresadas en los principios del Pacto Global y que corresponden a las que se implementan en el esfuerzo diario.
Es por eso que hoy más que nunca, hacemos un llamado a las empresas que aún no adhieren a esta iniciativa: es la hora de participar. El país está entrando a una nueva etapa en su construcción y está abierta la gran oportunidad de no equivocarnos.
(*) Directora Ejecutiva Red Pacto Global Chile