Stuart Hall confiesa que cuando se sentó a escribir su app “7 Minute Workout”, tuvo que utilizar Google para descubrir qué era la posición de la plancha (ejercicio de abdominales). Un año después, el desarrollador ha ganado 60.000 dólares australianos (US$56.000) en ingresos por una aplicación que le tomó seis horas codificar.
“Dediqué muy poco esfuerzo en la app y la lancé a un mercado enorme (en 2013)”, dice, beneficiándose de la tendencia de los ejercicios concisos y continuos.
En los primeros años después de que Apple lanzara el App Store en 2008, estas historias eran un lugar común. Aparentemente, cualquiera con una pizca de talento técnico aprovecharía el crecimiento rápido del iPhone. Los primeros usuarios estaban felices de gastan un par de dólares en una lista de tareas bien diseñada o una app para ver el clima, y Angry Birds volaba alto.
“Existía esta idea de una fiebre de oro”, dice Hall, que ahora dirige un servicio analítico de app, llamado Appbot. “Le dices a la gente que eres desarrollador y creen que eres rico”.
Pero la 7 Minute Workout está empezando a parecer la excepción y no la regla. A los desarrolladores de aplicaciones les inquieta que solamente las grandes empresas puedan ser notorias en la app store. Lo que solía ser una industria próspera ahora se ha industrializado, con la mayoría de las apps recibiendo si es que algunas descargas.
Un estudio el mes pasado a más de 10.000 fabricantes de app, hecho por los analistas de mercado VisionMobile, arrojó que 1,6% de los desarrolladores ganó más que los otros 98,4% combinados. Aunque la investigación estima que hay casi 3 millones de desarrolladores en el mundo actualmente, más de la mitad gana menos de US$500 por aplicación al mes.
“Parece extremadamente improbable que el mercado pueda sostener el actual nivel de desarrolladores por muchos años más”, concluyó.
Un estudio de Deloitte mostró que casi un tercio de los usuarios de smartphone no descarga ninguna app en un mes típico.
A primera vista, la dinámica es confusa. Una gran mayoría de personas en Europa Occidental y América del Norte ahora tienen teléfonos inteligentes cada vez más sofisticados y con más capacidad. Los dueños de iPhone y iPad han descargado más de 75.000 millones de apps en los últimos seis años y la tienda online de Apple tiene los datos de tarjetas de crédito de más de 800 millones de personas. Google Play, la tienda de aplicaciones para equipos Android hecha para Samsung y HTC, cerró la brecha de actividad y gasto con Apple. Debiera ser un momento de boom para los desarrolladores.
Apple dice que la economía de apps ha creado cerca de 1 millón de empleos en Europa y que le ha pagado más de US$20.000 millones a los desarrolladores desde que partió App Store. Mientras, un reporte encargado por Google prevé que los ingresos por fabricar aplicaciones para smartphone excederá los US$51.000 millones en 2025.
Pero entre la aparente riqueza, el ánimo es pesimista entre codificadores independientes y pequeñas empresas que hacen la mayoría de las app disponibles en aparatos Apple y Google.
“La gente que gana dinero parece estar en nichos mucho más pequeños”, dice Mark Wilcox, analista de VisionMobile.
Aunque algunos de estos nichos están listos para un rápido crecimiento, desde salud y fitness hasta apps corporativas e incluso nuevos servicios de pago móvil, mientras Google y Apple buscan apps que los puedan ayudar a abrir nuevas fuentes de demanda para sus aparatos. Entre el pesimismo, los optimistas de la app store creen que el mercado no está muriendo, sino simplemente entrando a una nueva fase.
Tanto Apple y Google lanzaron plataformas dedicadas a la salud, llamada HealthKit y Google Fit respectivamente. Estas súper apps reunirán la información en un hub central y son la esperanza para las tecnológicas de que los aparatos “vestibles” impulsarán el crecimiento de iOS y Android.
El reciente acuerdo de Apple con IBM para vender iPhones y iPad a empresas más grandes también ha estimulado un creciente mercado para apps productivas y de empresas que van más allá de la simple lista de tareas o del procesador de textos.
“El sistema de pagos de Apple dará inicio a una nueva ola de apps”, dice Hall, el desarrollador de la app para hacer ejercicios, sobre la tan esperada nueva característica del iPhone. “Es una cuestión en constante evolución. Tienes que seguir moviéndote”, acota.
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