La Comisión de Evaluación de la Región de la Biobío aprobó el proyecto hidroeléctrico Frontera, que tendrá un costo de US$300 millones y que pertenece a Energía Llaima, empresa cuya propiedad comparten las familias Claro, Said Somavía, Said Handal y Garcés.
La iniciativa considera una central hidroeléctrica del tipo Run-of-River y tendrá una potencia instalada de 109,3 MW, con un caudal de diseño de 750 m3/s. En cuanto a su ubicación, esta se emplazará en las comunas de Los Ángeles y Mulchén y se conectará al Sistema Interconectado Central (SIC) a través de una línea en 220 kV hasta la línea Charrúa-Temuco, de propiedad de Transelec, en un punto que deberá ser definido por el CDEC-SIC.
“El proyecto se justifica esencialmente por el hecho de que el disponer de energía eléctrica limpia es una condición necesaria para el crecimiento y desarrollo económico del país. El alcanzar una matriz energética que cumpla adecuadamente con estas características es un desafío nacional y requiere de una amplia legitimidad social y sentido de urgencia”, destaca la empresa a través del estudio de calificación ambiental (EIA) del proyecto.
La generación de electricidad se logra aprovechando las aguas del río Biobío, mediante el cierre del cauce del río en una sección angosta de éste, por medio de una barrera móvil y pretil de cierre, para que posteriormente el caudal pase por dos turbinas principales y una secundaria, al interior de una casa de máquinas.
La central no tendrá un canal de aducción, ni cámara de carga ni tuberías en presión (como en las centrales de pasada típicas), sino que las unidades estarán en la misma línea de la barrera móvil, cuyas compuertas se operarán prácticamente sólo cuando los caudales afluentes superen el caudal que se puede generar en la casa de máquinas.
“Excepcionalmente, la central no generará electricidad con la turbina secundaria cuando el caudal sea insuficiente para la operación de ésta o cuando ésta esté fuera de servicio, en cuyo caso se deberá abrir parcialmente una compuerta radial para entregar hacia aguas abajo el caudal ecológico”, se destaca.
De acuerdo a este mismo documento, Energía Llaima espera iniciar la construcción en mayo de este año, periodo que se extenderá por 45 meses. El proyecto contaba con la recomendación de “aprobar” del Servicio de Evaluación Ambiental del Biobío.