Las profundas reformas políticas y sociales que ha impulsado el Presidente argentino Mauricio Macri podrían tener el reconocimiento formal del mercado hacia mediados de este año 2018, cuando Argentina tendrá un nuevo intento por entrar al índice MSCI de mercados emergentes y salir de la categoría frontera, en la que se encuentra desde 2009.

Para esto, el país cuenta con buenas credenciales, entre las que se cuentan el triunfo de la Casa Rosada en las parlamentarias de octubre, la aprobación de importantes transformaciones fiscales y laborales en el Congreso, la reforma del mercado de capitales y el ascenso de la bolsa trasandina (10,17% en lo que va del año en moneda local y 2% en dólares).

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La importancia de volver a este índice lo detalló un informe de JP Morgan, que aseguró que en un regreso de Argentina a los emergentes, las estimaciones de ingresos serían superiores a US$5.500 millones en fondos pasivos y activos, debido a su peso potencial simulado en el MSCI EM de 0,43%, el año pasado, y de 0,64% actualmente.

Con todo, el desafío para Macri se mantiene: debe ser capaz de sostener el ritmo de crecimiento actual, en torno al 3%; reducir la inflación, bajar el déficit fiscal y un aspecto clave: lograr acuerdos y de paso contener la presión sindical y social que ejercen sectores opositores.

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