Argentina enfrenta la perspectiva de un nuevo default luego de que la Corte Suprema de Estados Unidos se negara a anular las sentencias de los tribunales menores que ordenaban a Buenos Aires a pagar miles de millones de dólares a algunos de sus acreedores.

La Corte Suprema rechazó ayer oír el argumento de Argentina que las sentencias de tribunales menores malinterpretaron los acuerdos de bonos de Argentina y violaron su inmunidad soberana. La decisión, que fue anunciada sin comentarios, es una victoria para los acreedores “holdouts” liderados por un fondo de cobertura controlado por el multimillonario Paul Singer.

La decisión deja a Argentina enfrentando una orden de apelación para pagar todo a los holdouts antes de poder pagar a otros tenedores de bonos; su próximo pago vence el 30 de junio.

Mientras las acciones argentinas cayeron más de 6% tras la noticia y los credit default swaps se dispararon más de 390 puntos, es poco probable que la decisión tenga un impacto inmediato sobre otros mercados, dijo Brett Diment, director de deuda de mercados emergentes en Aberdeen Asset Management.

Sin embargo, la sentencia “podría tener un impacto la próxima vez que un país esté en problemas. Si los holdouts  reciben el pago completo con los intereses, se reduce el incentivo para los inversionistas de participar en futuras reestructuraciones de deuda”, dijo Diment. El FMI también ha expresado su preocupación acerca de las posibles implicancias que el caso de Argentina tendrá para futuros casos.

Cerca de 93% de los tenedores de bonos participaron en dos rondas de reestructuraciones tras el default de Argentina sobre casi US$100 mil millones de bonos en 2002. NML Capital, de Singer, está entre los inversionistas que se negaron al intercambio; Cristina Fernández, presidenta de Argentina, los llama “buitres”.

Un vocero de NML dijo: “La principal Corte de Estados Unidos ha hablado. Ahora es tiempo de que Argentina honre sus compromisos con sus acreedores, lo cual beneficiaría tanto a la economía argentina como a su posición internacional”.

En Argentina, los sitios web de noticias declararon la decisión de la Corte Suprema estadounidense como “la peor posible para Argentina”.

Las opciones
Argentina ahora enfrenta cuatro alternativas, según los analistas. Podría pagar a los holdouts y continuar pagando a los tenedores de los bonos intercambiados. Sin embargo, esto parece poco probable, dado que "el gobierno ha indicado que no puede hacer tal pago tras la fuerte caída en las reservas internacionales el año pasado", dijo David Rees, de la consultora Capital Economics.

Alternativamente, podría intentar una solución negociada con los holdouts. El problema aquí es que la ley local prohíbe a Buenos Aires ofrecer mejores condiciones a los holdouts. Tercero, podría tratar de redirigir los pagos a los tenedores de bonos fuera de Estados Unidos, escapando de las sentencias legales estadounidenses, pero es difícil desde el punto de vista logístico.

La última opción es incumplir el pago de los bonos.

La preferencia de la presidenta Fernández “probablemente es seguir pagando a los tenedores de bonos sin pagar a los holdouts, pero esto será muy difícil”, comentó Daniel Kerner, de Eurasia Group, una consultora de riesgo. “Como resultado, pensamos que el gobierno buscará una solución negociada con los holdouts”.

Un factor que podría favorecer la posibilidad de un resultado negociado es que Fernández quiere llegar al final de su mandato en diciembre de 2015 sin la crisis económica que podría provocar el default. Un default también representaría un retroceso en los intentos de Argentina por enmendar el rumbo con los mercados internacionales.

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