¿Qué hace una empresa dedicada a la publicidad exterior y al mercado de la radiodifusión (principalmente en Norteamérica) desarrollando un proyecto de red de transporte de bicicletas en Santiago?
La respuesta no es tan difícil. Es un área en la que Clear Channel está involucrada hace bastante tiempo, dentro de su objetivo de aportar al desarrollo de ciudades más sustentables y, a la vez, ayudar a su negocio de publicidad en las calles. En Chile empezaron en Las Condes, mediante una iniciativa con la municipalidad de esta comuna.
Claramente el uso de “Bici Las Condes”, el nombre del proyecto, es mucho mayor en la semana que el fin de semana, “transformándose en un reemplazo al auto, más que un medio de transporte centrado en el ocio (ver recuadro)”, comenta Aris de Juan, presidente de Clear Channel para América Latina, que conversó con HUB Sustentabilidad acerca de cómo ha marchado la iniciativa, la que se suma a otras que fomentan el uso de la bicicleta en Santiago como CicloRecreoVía y Bike Santiago.
En el caso de Bici Las Condes, se trata de 50 estaciones y 500 bicicletas , las que pueden ser usadas por un lapso de 30 minutos. El sistema es parte de la línea de bicicletas compartidas de Clear Channel denominado como SmartBike, que lleva ya 15 años funcionando en varias ciudades como Barcelona, Ciudad de México, Oslo y Milán.
¿Por qué no se han unido al servicio de Bike Santiago?
No es que no podamos. En este caso, la Municipalidad de Las Condes licitó el desarrollo de un servicio de bicicletas públicas, el cual ganamos. Pero en el futuro los sistemas podrían ser compatibles. Todo transporte público, en cualquier ciudad del mundo, opera con la lógica del transbordo. Lo vemos diariamente en el Metro, en el Transantiago Y en los trenes urbanos. Las bicicletas no están ajenas a esta realidad. Lo importante es que los distintos sistemas de transporte público conversen entre sí para que la “lógica de los transbordos” sea lo más sencilla y cómoda posible. La compatibilidad pasa necesariamente por que toda la red global del sistema de transporte converja entre si. Es ahí donde deben estar puestos todos esfuerzos.”
¿En qué se diferencia el servicio de ustedes?
En varias cosas. Por ejemplo, en vez de cadenas, nuestras bicicletas tienen sistema de cardán, además de una serie de software de seguimiento y la forma de tomar y dejar las bicicletas. Creemos que las ciudades del futuro deben apostar por el tema de bicicletas, y lo que tenemos en Las Condes son los Rolls Royce de las bicicletas públicas.
¿Por qué se involucran en el mercado de la bicicletas? ¿Es un buen negocio?
Es más que nada una palanca que nos crea un vínculo con las ciudades y sus habitantes. Por ejemplo. Hacemos varias cosas en este aspecto. Por ejemplo, proveemos de wifi en otras ciudades, como sistema de comunicación y protección civil. La ciudad cambia con los ciudadanos. Nuestro objetivo es ver cómo podemos contribuir a la calidad de vida.
¿Se podría expandir el servicio a otras comunas?
Sería muy bueno, así como a otras ciudades, pero por el momento, estamos en Las Condes. Lo interesante es que en América Latina, el nivel de inversión en este tipo de iniciativas está siendo igual que el de Europa. O sea, la región quiere rápidamente alcanzar a el viejo continente.
Pero la cultura de transporte y la realidad en las calles no es la misma…
Puede ser, pero es relativo. Hemos visto que en nuestro caso, en Latinoamérica hay menos vandalismo que en muchas partes de Europa. Por ejemplo, en Ciudad de México instalamos 6.200 bicicletas y el vandalismo y robos ha sido escasísimo. Entonces, hay algunos prejuicios que derribar con respecto a Latinoamérica.
¿Cómo funciona la logística detrás del sistema?
Tenemos un software que nos indica donde hay disponibilidad. Los usuarios, por su parte, pueden descargar una app para ver la disponibilidad y una tarjeta para retirar y dejar la bicicleta.
¿Entonces podrían generar una serie de estadísticas de comportamiento?
Por el momento sirve básicamente para ir viendo en línea los flujos de las bicicletas, pero claro que podría servir para tomar otras decisiones.