Pasar del estrés a un mayor compromiso con la actividad laboral, mediante el estímulo y la creatividad. Algo que sin duda, equivale a una mayor productividad en la empresa. Es así como Arnold Bakker define “engagement”, un término basado en la estimulación psicosocial de los trabajadores, a fin de reforzar su eficiencia dentro de la organización, con principal repercusión en el área de sus finanzas.
El académico de la universidad Erasmo de Rotterdam de Holanda, es experto en la materia y asegura que las empresas actuales, requieren de “empleados proactivos y conectados con su trabajo para lograr así, una mayor calidad”. Algo que a su juicio otorga el engagement.
Invitado por Fundación Chile, Bakker visitó nuestro país a inicios de noviembre, en el marco de la Feria de Capital Humano, organizada por la institución, exponiendo frente a decenas de ejecutivos vinculados al área de RecursosHumanos.
¿Qué se entiende por engagement?
Es un estado donde las personas están totalmente inmersas en su trabajo, viéndolo como un reto y no como algo estresante y demandante. Se define entonces como "un estado mental positivo de realización en torno al trabajo, que se caracteriza por vigor, dedicación y absorción".
¿Cómo se implementa?
Muchos piensan que la mejor forma de estimular es a través de mejorar los sueldos o aumentar las vacaciones. Pero, tras 15 años de investigación, hemos descubierto que lo primero es invertir en recursos psicosociales de la administración. Es decir, aquellos dirigidos a motivar la autonomía de los trabajadores en su labor, estar atentos a cómo se sienten, generar oportunidades para que se desarrollen y crezcan, fomentar el trato justo e impulsar sus distintas habilidades a fin de que su ejercicio no sea monótono.
Una vez en práctica ¿cuáles serían los principales efectos?
Se ha comprobado que el engagement, al impulsar el involucramiento hacia la empresa, motiva la creatividad e innovación por parte de los empleados, haciéndolos más proactivos en su ejercicio. Sin embargo, depende del tipo y lugar de trabajo, cuyo impacto puede variar entre 5% y 20%.
¿Cómo influye esto en las ganas de ir a trabajar?
Bastante, porque desemboca en menores niveles de ausentismo, buscando estar el menos tiempo posible fuera. Algo que sí o sí mantiene un correlato en términos económicos porque, financieramente, cuando se está más dedicado al trabajo, los resultados son de mayor calidad y efectividad.
¿Cómo se manifiesta aquello?
Al generar más satisfacción en el cliente, porque se le entrega un mejor servicio. Estos quedan más contentos y al estarlo, vuelven a solicitar el producto a la empresa, originando una relación de confianza mutua. Algo que se devuelve en buenos resultados financieros.
¿Dónde ha sido más exitoso el engagement?
Gran parte de su éxito se ha focalizado en Estados Unidos y Europa, donde no sólo ha impactado a nivel corporativo, sino también en decenas de instituciones públicas y privadas de distinta índole. Esto es lo que queremos implementar aquí, a través de Fundación Chile.
¿Sirve para todo tipo de empresas?
Sí, tanto para pequeñas, medianas y grandes. Se ha demostrado que a los emprendedores les resulta más fácil ya que suelen tener equipos más autónomos, vinculados por una mayor confianza, motivándose más con su idea.