A más tardar el 31 de marzo próximo, las sociedades anónimas abiertas deben entregar su autoevaluación sobre gobiernos corporativos de acuerdo a los lineamientos establecidos en la norma 381, que comenzó el regir el año pasado y que reemplazó a la anterior 341.

La primera gran conclusión  desde las auditoras, que son parte relevante en este proceso, es que los directorios se  han involucrado mucho más que con la norma anterior. “No quiero decir que la 341 no se haya abordado con seriedad, pero probablemente los directores se involucraron menos. En la 385, los directorios están bastante involucrados”, destaca Renzo Corona, socio líder de Auditoría en PwC.

Diego Balestra, socio de Consultoría de EY, indica que la norma 385 es un gran avance en la conformación de gobiernos corporativos más eficientes. “Define con mayor detalle lo que se espera de los directorios, que lo que se establecía en las normativas anteriores e incluye temas de gran importancia como la diversidad, relación con la comunidad y prevención de fraude”, explica.

A la hora de hablar de las dificultades con que se han encontrado las empresas, Balestra señala que ha sido la de contar con un plan de gestión de riesgos integral, ya que hasta ahora muchas de ellas contaban con una gestión más bien reactiva. “Esta gestión de riesgos integral debe incluir prevención de fraudes, relación con la comunidad ante posibles proyectos, además de otros aspectos más tradicionales”, indica Balestra.

Un punto a destacar es que el superintendente de Valores y Seguros, Carlos Pavez, ha señalado que la entidad que encabeza va a fiscalizarlas respuestas. Y en este punto, Corona puntualiza que “aquí hay dos cosas que son obligatorias: responder y responder verazmente”.

Dado ello, indica que los directorios han tomado conciencia que se trata de un tema que no es delegable a la administración. “Evidentemente puedes delegar la primera construcción, pero finalmente el directorio tiene que hacerse responsable de las respuestas y para eso tiene que convencerse  que las respuestas son veraces”, agrega el ejecutivo de PwC.

Dado ello, las empresas están claras de que ya sea que respondan con un sí o con un no respecto a una determinada práctica, deben explicitar por qué la cumplen y por qué no cuando la respuesta es negativa. “Cuando contesto que no, tengo que justificar muy bien por qué esa práctica, que la autoridad entiende como positiva, yo no la cumplp”, dice Corona.

Respecto al efecto que han tenido los casos de colusión conocidos en la forma de abordar la norma 385, Balestra indica que en el mercado hay preocupación al respecto. “A las compañías aún les falta contar con un plan que les permita prevenir ilícitos como fraude y corrupción. Así, por ejemplo, las empresas usan principalmente la auditoría interna para detectar fraudes y ésta sólo identifica el 14% de los fraudes a nivel mundial”, puntualiza.

Corona agrega que los casos conocidos han sensibilizado a los directores. “Yo creo que hoy existe una conciencia mucha mayor. Todos los actores del mercado, no sólo los directores, hemos aprendido con mucha mayor claridad cuál es nuestra responsabilidad”, afirma.