La firma American Express anunció hoy que en 2017 tuvo unos beneficios netos de US$2.738 millones, un 49% menos que en el ejercicio de 2016.

Al igual que otras firmas estadounidenses, los resultados anuales estuvieron marcados por provisiones fiscales ligadas a la reforma tributaria aprobada recientemente, con cargas extras calculadas para la repatriación de capitales, entre otros conceptos.

American Express, una de las firmas incluidas en el grupo de Dow Jones de Industriales, señaló que en 2017 tuvo un beneficio por acción de US$2,97, frente a los US$5,65 del ejercicio anual anterior.

Los ingresos anuales crecieron el año pasado un 4%, hasta los US$33.471 millones.

Respecto al cuarto trimestre, el período que más seguía Wall Street, American Express tuvo una pérdida neta de US$1.197 millones, frente a la ganancia de US$825 millones del período de 2016.

En el cuarto trimestre del año pasado American Express tuvo una pérdida de US$1,41 por acción, frene a la ganancia de 88 centavos del mismo período de 2016.

Los ingresos trimestrales crecieron un 10 %, hasta US$8.839 millones, por encima de los US$8.720 millones que había anticipado el mercado.

La compañía dijo que, excluyendo el impacto de las provisiones fiscales, el resultado trimestral por acción arrojó un beneficio de US$1,58, ligeramente por encima de los US$1,54 que habían calculado los analistas.

La firma dijo que destinó esas provisiones unos US$2.600 millones, fundamentalmente por la repatriación de capitales, acogiéndose a las ventajas fiscales de la reforma tributaria.

Al dar a conocer sus resultados, American Express anunció que suspendía su proceso de recompra de acciones durante la primera mitad de este año.

Los datos fueron dados a conocer al cierre de Wall Street, pero en las operaciones electrónicas posteriores las acciones de American Express retrocedían un 2,29%.