La suerte del Banco BTG Pactual Chile no fue muy distinta a la de las filiales de finanzas corporativas y de inversiones del conglomerado. Lo ocurrido en diciembre con el ex controlador de la entidad brasileña, André Esteves, también terminó por golpear fuerte al banco chileno encendiendo las alarmas respecto de su capacidad de crecimiento.

Sin embargo, según las últimas cifras de la Superintendencia de Bancos (SBIF), entre noviembre y diciembre del año pasado el banco registró una salida de depósitos de casi $20 mil millones. Es decir, si a noviembre tenía pasivos vista por $54 mil millones y a plazo por $35 mil millones, al último mes del año las cifras cayeron a $45 mil millones y $35 mil millones, respectivamente.

En tanto, los datos de la SBIF indican que las colocaciones en diciembre cayeron 54% respecto del mes previo, totalizando créditos por $25.248 millones.

La situación de la entidad ya había sido advertida por los reguladores. Por ejemplo, en la última sesión del Consejo de Estabilidad Financiera, el acta afirma que “con respecto al banco de BTG Pactual en Chile, se señaló que su ya reducido tamaño ha disminuido aún más tras conocerse la noticia. Su balance se ha mantenido estable, así como su liquidez y sus depósitos a la vista”.

Con algo más de un año de funcionamiento -partió sus operaciones el 23 de enero de 2015- el banco esperaba llegar a un punto de equilibrio dos años después de su puesta en marcha; sin embargo, los últimos acontecimientos, indican fuentes cercanas, podría retrasar los planes en al menos un año debido a que no están saliendo al mercado para realizar operaciones.

Al interior de la entidad están concientes de los efectos que ha tenido sobre ellos los sucedido en Brasil, y de hecho eso explica lo ocurrido en su balance.

La caída en las colocaciones, por una parte, se produjo por una serie de prepagos de créditos de clientes; pero también porque debieron enajenar la parte del crédito alocado en Chile que correspondía al préstamo entregado a Horst Paulmann por la matriz, esto por la compra del mismo (aún adeuda US$400 millones) por parte de un fondo levantado en Chile.

Respecto de lo pasivos, tras los sucedido en Brasil la filial chilena bajó el nivel de actividad crediticia, por lo que decidió dejar que sus depósitos se extinguieran sin ser renovados.

No obstante, al interior del banco sólo están a la espera de dos hechos en Brasil para salir nuevamente al mercado. Por una parte, la publicación de los estados financieros auditados de la matriz, los cuales debieran estar entre fines de febrero y marzo y que debieran arrojar una sólida posición de liquidez, y, por otra, el resultado de la investigación encargada a la firma de abogados Quinn Emanuel -y los asesores Skadden, Arps, Slate, Meagher & Flom LLP-, la cual debe determinar si existen presuntos pagos relacionados a los hechos de corrupción denunciados en Brasil.

Reestructuración por venir

A poco más de un año de su puesta en marcha, la entidad aún está a la espera del cierre de su reestructuración.

Recientemente, el banco solicitó al regulador autorización para integrar BTG Pactual Chile Corredores de Bolsa y BTG Pactual Chile AGF a su estructura, lo que se traducirá en un incremento relevante de los negocios. Con el aumento de capital asociado, del orden de $94.000 millones en total, las nuevas operaciones deberían contar con un soporte patrimonial mayor, por lo que se espera que dada la situación de la matriz el regulador no demore la aprobación.