La menor rentabilidad obtenida por las reservas internacionales que mantiene el Banco Central le jugó una mala pasada al ente rector. Es que 2017 cerró con un incremento del déficit patrimonial.
De acuerdo a los estados financieros publicados por la entidad, el patrimonio neto fue -$5.783.336,5 millones, frente a los -$4.205.881,6 millones del año previo. De esta manera, se profundizó una tendencia que se viene dando en los últimos años, quedando con el mayor déficit patrimonial en pesos desde que el banco es autónomo.
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Al ser consultado, el Banco Central explicó que la diferencia respecto de 2016 se debió a la diferencia entre el retorno de las reservas internacionales y el costo de los pasivos a tasa de interés doméstica (tasa en línea con la política monetaria), así como también por el resultado obtenido como consecuencia de las variaciones producidas en los tipos de cambio de los activos en divisas, principalmente por la disminución del dólar.
La entidad contextualizó los números: "El comportamiento de la economía y las políticas adoptadas por el Banco afectan el tamaño y composición de su balance, impactando la tendencia de sus utilidades y pérdidas. La deuda en pagarés en sus pasivos se explica tanto por la necesidad de financiar el rescate del sistema financiero en la primera mitad de los ochenta como por la esterilización de los efectos monetarios de la acumulación de reservas internacionales en los noventa, en 2008 y 2011. El balance también refleja el permanente compromiso del banco con la estabilidad de precios, el cuidado en preservar una TIB (Tasa interbancaria a un día) similar a la TPM (Tasa de Política Monetaria) y la conducción de la política monetaria sobre la base de metas de inflación".
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Los impactos
Efectivamente los tres factores que influyeron en los resultados y el patrimonio de la entidad monetaria tuvieron fuertes movimientos.
El primero de ellos fue el retorno de las reservas internacionales. Los resultados netos por estas reservas en 2017 totalizaron $175.675,1 millones, lo que significó un descenso interanual de 17,8%.
Mientras que por los documentos emitidos por el Banco Central a nivel local, el resultado es negativo en -$621.869,8 millones. Ello implicó una disminución de 14% de las pérdidas en este ítem.
El tipo de cambio, en tanto, ha estado particularmente volátil y dada la fuerte exposición del Banco Central al dólar, el impacto es relevante, aunque de todos modos fue inferior el efecto negativo observado en 2016.
En 2017 la pérdida originada por efecto cambiario fue -$977.379,9 millones, mientras que el ejercicio previo el saldo negativo totalizó -$1.623.174,1 millones.
El dólar de EEUU ocasionó un deterioro de -$1.149.912 millones (-$865.207 millones en 2016), mientras que con el yuan tuvo un impacto de -$9.433 millones y con el dólar canadiense -$7.376,6 millones.
Por el contrario, la apreciación del euro y el won coreano significaron ganancias no menores para el BC. Con la moneda europea tuvo un efecto positivo de $196.637,2 millones, revirtiendo las pérdidas por $377.503,7 millones de 2016. Con la divisa coreana obtuvo $23.797,7 millones.
Pero el impacto del tipo de cambio no para. El BC informa como hecho posterior al 31 de diciembre que hasta el 24 de enero de 2018, la caída de $7,07 del dólar hasta $608,15, representó una diminución en su patrimonio por $157.238 millones. Ello fue compensado, en parte, por el alza del euro a dicha fecha, que ascendió a $747,2 representando un aumento de $11,99. Así, la disminución total en el patrimonio del Banco Central producto del menor tipo de cambio del dólar y el aumento del euro en los primeros 24 días de enero, alcanzaría a $98.230,8 millones.
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