En su primer comentario de línea dura desde que asumió como gobernador del Banco de Inglaterra (BoE) hace casi un año, Mark Carney, recalcó que la tan esperada acción del banco central este mes para enfriar al mercado inmobiliario, no será un sustituto de alzas graduales de la tasa de interés.

Habiendo hecho el año pasado que la gente esperara que las tasas se mantengan en el nivel de emergencia de 0,5% hasta 2016, los mercados esperan actualmente que la primera alza ocurra en la primavera (boreal) de 2015. El discurso de ayer a una audiencia de City podría adelantar las expectativas, tal vez a fines de este año.

“Ya hay grandes especulaciones sobre el momento exacto de la primera alza y esta decisión está haciéndose cada vez más equilibrada”, dijo Carney.

Los comentarios del gobernador elevarán las expectativas de que el BoE será el primer gran banco central en subir las tasas, después de la crisis financiera.

La libra tuvo un rally tardío después de los comentarios de Carney, subiendo 0,7% contra el dólar hasta US$1,6902.

Un alza de tasa implicaría un desafío para la coalición de gobierno. El ministro de Finanzas, George Osborne, dijo este año que una acción así demostraría la fortaleza de la recuperación, pero que podría fortalecer las acusaciones del partido laborista, de oposición, de que hay una crisis del “costo de vida” en la cuenta regresiva a la elección de mayo próximo.

Justificando su nueva postura de política monetaria, el gobernador dijo que “el crecimiento había sido mucho más fuerte y el desempleo ha caído mucho más rápido de lo que nosotros o cualquiera esperaba” lo que podría erosionar lo que queda de capacidad de reserva en la economía.

Los dichos de Carney no representan una vuelta en “u” de la orientación futura revisada en febrero que decía que cuando se trata de apretar la política monetaria, las tasas aumentarían gradualmente y a un nivel significativamente más bajo que el 5% que antes se consideraba como estándar.

Carney repitió varias veces que el BoE actuaría cautelosamente una vez que empezara a elevar las tasas. Pero el tono de sus palabras marcó una nueva urgencia en el ajuste de la política monetaria que Carney no había mostrado hasta hace poco, el último mes, cuando presentó el reporte de inflación trimestral del BoE.

“La necesidad de un balance interno -para usar la capacidad de reserva y lograr la meta de inflación- probablemente requerirá de aumentos graduales y limitados de las tasas a medida que la expansión progresa. El comienzo de ese viaje está acercándose”, dijo.

La señal del gobernador sobre las tasas de interés mostró que el BoE no está cómodo con las expectativas del mercado de que buscaría utilizar herramientas macroprudenciales -como límites en los préstamos hipotecarios- para enfriar el mercado inmobiliario mientras deja que el resto de la economía siga con su expansión. Diciendo que eran los “primeros signos” de una burbuja inmobiliaria, advirtió que también hubo algunos indicios de que los prestamistas hipotecarios estaban permitiendo que los hogares se extendieran demasiado y dijo que el nuevo Comité de Política Financiera tiene las herramientas para hacer frente a este problema específico.

Acogió con satisfacción la decisión de Osborne para endurecer los poderes del banco central, no obstante dijo que el Comité no estaría en condiciones de actuar solo. “La política macroprudente no es sustituto de la política monetaria”.

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