La acción del Banco Popular español sufrió un nuevo desplome este jueves en la bolsa de Madrid, afectada por la incertidumbre en torno a una eventual adquisición.
La séptima entidad bancaria del país cerró con una caída de 17,9%, en 0,50 euros. El selectivo madrileño, el IBEX 35, se mantuvo estable con un repunte del 0,01%, en 10.881 puntos.
En el último año, la acción del Popular acumula una pérdida del 68,5%, lastrada por un importante volumen de activos inmobiliarios tóxicos, heredados del estallido de la burbuja inmobiliaria a partir de 2008.
El consejo de administración del banco estudia actualmente varias ofertas de adquisición presentadas por otras entidades. Según señalaron los analistas de Bankinter, basándose en informaciones de la prensa económica, el consejo "habría decidido prolongar el período para recibir ofertas de compra desde el 10 de junio previsto inicialmente hasta finales de mes".
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La nota de Bankinter añade que el objetivo del consejo del banco es sumar más pretendientes, y ganar "algo más de tiempo", para finalmente "decidir este mismo mes si es mejor avanzar en un proceso de fusión o apelar a los mercados para levantar capital".
En abril, el presidente del Banco Popular, Emilio Saracho, apuntó ya a la posibilidad de un nuevo aumento de capital para sacar a flote la entidad.
Sin embargo, desde entonces, los directivos parecen haber cambiado de estrategia y estar planteándose la opción de ser adquiridos por una entidad más grande.
En 2016, el Banco Popular registró una pérdida de 3.485 millones de euros a causa del peso de los activos inmobiliarios tóxicos, que le obligaron a provisionar 5.700 millones de euros.
En el mismo año, la entidad efectuó un aumento de capital de 2.500 millones de euros.
En el primer trimestre de este año, el banco registró una pérdida de 137 millones de euros.