El 66,2% de las mujeres que inició un emprendimiento durante 2017 lo hizo por necesidad, según indica la última Encuesta Nacional de Microemprendimiento (EME) del INE. El mismo informe muestra que en Chile hay 1.992.578 de este tipo de entidades, de las cuales el 60,8% tiene a hombres como sus dueños.
Las cifras revelan una realidad que se transfiere a las pymes en general. Para hacerse una idea, según una encuesta desarrollada por Mercer Chile y Caja Los Andes a 120 clientes del segmento pyme el año pasado, sólo un 5% tiene como gerente general a una mujer. Además, el estudio señala que el promedio de renta bruta fija mensual es de $6.717.884 para ellas, un 25% menos que la percibida por los hombres.
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Según los expertos, aparte de la discriminación general que hay en el mercado, una de las principales razones se debería a la desvalorización por parte de las mismas mujeres respecto a lo que esperan con su propia empresa. Además, Ítalo Aguilera, abogado de Defensa Pyme, estima que posiblemente por un tema de formación cultural, "las mujeres se atreven menos que los hombres a emprender, elemento que se replica a la hora de analizar el nivel de endeudamiento femenino en el mercado; el cual es más bajo que el de los varones". En otras palabras, propenden más a una cultura de estabilidad, sobre la de riesgo.
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Actualmente, existen varios programas estatales como Capital Semilla, Abeja, Mujer Emprende Sernam y Women At the Frontier. Incluso a nivel de pyme exportadora está Mujer Exporta, lanzado en marzo de 2016 por la Direcon. "Hay que incentivar aún más a las a las mujeres con más planes de inclusión como los que ya se han hecho", dice Aguilera.
Por su lado, Christian Cancino, académico del DCS de la FEN-U. de Chile, estima que para que existan más mujeres emprendedoras "se deben realizar políticas públicas enfocadas a los distintos grupos etarios. Las Baby Boomers y Generación X, deben ser incentivadas con proyectos a largo plazo, mientras que a las más jóvenes, con planes más cortos", dice Cancino.
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No obstante, considera que aún hay un problema cultural en el país, donde la responsabilidad de las mujeres en las familias es mucho más grande que la de los hombres. "Por eso, la flexibilidad de horario es un elemento esencial no sólo para el empleo, sino también para que las mujeres sean emprendedoras", dice el académico.
El presidente de la Confederación de Pymes, Juan Araya, es más optimista: "Son muchas mujeres las que representan a sus maridos con pymes, realizando labores formidables. Pero eso no basta, ya que las mujeres deben asociarse y las instituciones tienen que capacitar a las personas que quieran iniciar un negocio", afirma Araya.
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