En los últimos meses el pesimismo se ha tomado nuestra agenda informativa, traspasándola a la opinión pública. Hace meses que como país llevamos haciendo mal las cosas a nivel comunicacional y nos hemos transformado nuevamente en ese país más lacónico, más prudente, más acomplejado y timorato que pensabamos haberlo dejado atrás.
Desde el FUT, el enojo y contracampaña de los empresarios para revertir aspectos de la reforma tributaria, pasando por el miedo desplegado por los medios de comunicación en torno a los bombazos, la promulgación de la Ley Emilia que tiene altos costos de cárcel para quienes chocan con alcohol en el cuerpo, la nueva restricción horaria en Providencia y sectores de la comuna de Santiago, la desaceleración económica, lo frenado que estamos y alejados de ese crecimiento del 7% de los años del jaguar, el dólar sube, la inversión baja, al igual que el consumo, por lo que los chilenos no la estamos pasando tan bien.
Pero es tan así o es un problema de comunicación? Es tan terrible crecer menos del 5% como lo hace casi todo el planeta?
¿Dónde quedó esa sensación de ser los Jaguares de Latinoamerica? ¿Dónde quedó el espíritu fiestero y relajado que hemos tenido siempre? ¿Dónde está la política de los acuerdos, el fomento de las libertades invididuales? Algo anda mal.
Porque cambios están habiendo y por doquier, pero están muy mal comunicados, mientras vemos diariamente un tedioso espectáculo donde los políticos y gobierno se desangran durante todo el 2014 para lograr propósitos sectoriales.
Me niego a bajonearme, me niego a sentir que no puedo hacer lo mismo que antes y mejor que antes.
Por lo mismo, propongo batallar contra el pesimismo, contra el chaqueteo, contra los índices macroeconómicos, contra el exitismo exacerbado. Deberíamos comenzar a hacer una campaña a favor de la felicidad, a favor de la alegría, a favor de la buena convivencia, a favor de enaltercer los logros más que resaltar las carencias, a favor del baile y la distracción en vez de sentirnos en el condado de la película de Footloose, pero estamos tan sumergidos en los aspectos negativos de nuestros tiempos que no nos deja ver el bosque completo, que la verdad es un bosque nutrido y vigoroso, pero que hay que regar con mayor cariño un poco más. ¿Estoy siendo demasiado positivo? Ando en formato Patch Adams? Sí, ¿y qué? Espero contagiarte, sino, prende la tele y pon el noticiero de turno y sigue igual que el resto.
*Director ejecutivo ALTA Comunicación. @pablocourard