En su autobiografía el multimillonario brasileño Eike Batista alaba a sus dos socios comerciales más importantes: Brasil y el mercado.
"Yo podría haber elegido fácilmente a otros países para basar mis empresas", escribe el ex campeón de carreras de lancha rápida. "Me veo a mí mismo como uno de los soldados de Brasil".
Pero mientras que la mayor economía de América Latina ha proporcionado un flujo aparentemente interminable de ideas de negocio para Batista, el mercado no ha sido tan leal.
Una crisis de confianza a lo largo de su imperio - que se extiende desde las minas de oro a un restaurante chino - ha golpeado cerca de US$25 mil millones de su patrimonio en el último año, según el Índice de Multimillonarios de Bloomberg.
El foco de la ira de los inversionistas ha sido el start-up petrolero OGX, que la semana pasada reportó que su producción en el extranjero en febrero fue 25% más baja que el nivel de 15.000 barriles diarios que la empresa considera como nivel de "estabilización", el último de una serie de decepcionantes cifras de producción.
La noticia provocó que Credit Suisse, Citi, Bank of America Merrill Lynch, JPMorgan, Santander y UBS recortaran la calificación de la acción y acabar con las alzas alcanzadas la semana pasada gracias a la sorpresiva asociación de Batista con el gran banquero André Esteves (director ejecutivo y accionista controlador de BTG Pactual).
"Él no ha cumplido sus promesas y el mercado se ha cansado de esto", dice Pedro Galdi de la corredora SLW en São Paulo.
El acuerdo de Esteves para ofrecer servicios de consulta y líneas de crédito para el grupo EBX de Batista ha impresionado a inversionistas, pero la única manera de que el empresario vuelva a ganar su confianza y recuperar su título como el hombre más rico de Brasil - ahora en manos de Jorge Paulo Lemann, quien recientemente respaldó a Warren Buffett en la compra de Heinz por US$23 mil millones - es cumpliendo las metas de producción, dice Galdi.
Después de haber sido promocionado como la respuesta del sector privado a Petrobras, con recursos estimados en 10.800 millones de barriles de petróleo equivalente, OGX ha perdido más del 80% de su valor con respecto al año pasado, golpeando la confianza de los inversionistas en el resto de su grupo.
Como un conglomerado principalmente de start-ups, ya debilitadas por una contracción mundial de financiamiento, el grupo EBX depende de la buena voluntad del mercado, dice Oswaldo Telles, del banco BES Espírito Santo en São Paulo.
EBX se negó a comentar sobre las recientes pérdidas, pero dijo que el grupo está "capitalizado, con recursos suficientes para garantizar la ejecución de los proyectos desarrollados en el país".
OGX no ha sido el único problema de Batista en los últimos meses. En enero, el segundo director ejecutivo de MMX en 15 meses renunció justo después de que la minera de Batista recibiera una multa de US$1.860 millones por impuestos no pagados. El mes pasado, la prensa local informó que las demoras en el Hotel Gloria, hotel histórico de Río de Janeiro que Batista está renovando, significaba que no estaría listo a tiempo para el Mundial del próximo año.
Mientras, el multimillonario ha estado bajo presión en casa después de que su hijo Thor chocara a un ciclista en su Mercedes en Río.
Sin embargo, parte del problema de Batista está con los mismos inversionistas brasileños, dice Galdi.
Mientras que los accionistas extranjeros de Batista, como el Plan de Pensiones de Profesores de Ontario, están acostumbrados a la volatilidad de esas inversiones especulativas y son más propensas a darle el beneficio de la duda, los brasileños esperan dividendos o algún tipo de retorno instantáneo.
"Los brasileños no tienen la misma percepción; quieren retorno ahora y quieren ver resultados", dice Galdi.
Pero a falta de mejores cifras de producción, Batista podría verse obligado a vender participaciones en varias de sus empresas para recaudar dinero, dicen analistas.
De hecho, el martes Batista confirmó que estaba en conversaciones para vender una parte de su 53,9% de participación en la compañía energética MPX. A pesar de que no dio el nombre del posible comprador, medios brasileños informaron que el alemán Eon está tratando de elevar su participación en la empresa de 11,7% a 38,6%.
Como Batista dice en su autobiografía: "sólo los postes se quedan quietos... y hay muchos postes en el entorno empresarial, pero definitivamente no soy uno de ellos".
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