El Banco Central Europeo (BCE) dejó sin cambios su política monetaria ultra expansiva, tal como estaba previsto, mientras el presidente del organismo, Mario Draghi, dijo a los críticos de su plan de estímulos que debían ser pacientes y esperar a que la recuperación de la zona euro se afiance.
En un comunicado que reiteraba su orientación, el organismo dijo que las tasas se mantendrían en sus actuales niveles o que seguirían bajas por un periodo extendido y que también está dispuesto a incrementar o alargar el plazo de sus compras de activos si las perspectivas económicas se deterioran.
“La recuperación de toda la zona euro es del interés de todos, incluyendo de Alemania”, dijo Draghi en una conferencia de prensa, en respuesta a las críticas, especialmente en Berlín, contra su programa de estímulos.
“Los ahorristas alemanes se han beneficiado no sólo como ahorristas sino como prestatarios, empresarios, trabajadores, como cualquier otro ciudadano de la zona euro. Así que tenemos que ser pacientes. A medida que la recuperación se afirme, las tasas reales subirán”, declaró.
Draghi dijo que la recuperación de la zona euro está siendo “afectada por el lento ritmo de reformas estructurales” e insistió en que se necesitaba un “grado muy sustancial” de estímulos monetarios.
El euro bajó hasta mínimos de sesión de 1,0607 dólares, luego de que Draghi dijo que las presiones inflacionarias subyacentes están contenidas y que, una vez que pasen los efectos del alza de precios del crudo, no habría señales reales de una tendencia al alza. Finalmente, su alza fue de 0,28%.
Aunque el presidente del Banco Central Europeo advirtió que los riesgos globales a la economía de la zona euro aún se mantenían a la baja, dijo que era demasiado pronto para evaluar el impacto del plan de salida de Reino Unido de la Unión Europea.
La inflación alcanzó un máximo de tres años el mes pasado, la actividad manufacturera se está acelerando y los indicadores de confianza se afianzan, lo que apunta a un sólido crecimiento a fines de 2016.