La influencia y el peso que por años tuvieron las corredoras tradicionales y los accionistas no corredores de la Bolsa de Comercio de Santiago (BCS) empiezan a resentirse. De la mano de un nuevo presidente, la principal plaza bursátil del país afina los pasos a seguir para desmutualizarse y, con esto, eliminar las barreras de entrada para nuevos corredores y de paso mejorar su gobierno corporativo.

Parte importante de los corredores y accionistas pasivos ya se reunieron con el presidente de la Bolsa, Juan Andrés Camus, y el gerente general, José Antonio Martínez, quienes les presentaron la propuesta concreta. Sin embargo, aún resta una serie de intermediarias por asistir. En este escenario, y ad portas de terminar con las reuniones, se decidió citar a un directorio extraordinario para el miércoles 6 de enero para dar a conocer los avances de las citas que han sostenido durante diciembre.

La sesión está pensada para que el proceso no quede en stand by durante el verano, ya que el directorio no sesiona durante febrero y la última cita correspondiente fue adelantada para evitar que coincidiera con la semana entre navidad y Año Nuevo.

Además de informar sobre la postura de las distintas corredoras respecto al proceso, también se propondrá una primera modificación de los estatutos con miras a la desmutualización y discutir la fecha para citar a la junta extraordinaria de accionistas en donde se votará el cambio.

Sin embargo, son justamente los estatutos el punto clave. Según éstos, cualquier cambio requiere de la aprobación de “la mayoría absoluta de las acciones emitidas”.

Los accionistas pasivos, no necesariamente están de acuerdo. Según sus análisis, el valor actual de la acción -que llegó a venderse en $2.500 millones- tiene un premio implícito por ser el papel requisito para ser corredores que va entre $500 millones y $700 millones, por lo que al eliminarse éste el título perdería inmediatamente su valor.

A la vez, tampoco habría ejemplos nítidos del mayor valor que se dice podría alcanzar la BCS tras la desmutualización, pues en México, Canadá, España y Colombia -ejemplos presentados durante las reuniones- no siempre las plazas aumentaron su valor.

Junto con ello, desde una corredora tradicional explican que si bien no se opondrán a la desmutualización, tampoco ven beneficios económicos claros y ven en el proceso más que todo un sesgo político.

“Es algo irrelevante, no van a aparecer más corredores, de hecho en términos de volumen hay un exceso de intermediarias”, apunta un ejecutivo del sector.

Los votos

Sin embargo, con el paso de los meses el proceso empieza a ganar adeptos, incluso entre quienes hasta el año pasado lo miraban de forma negativa. De hecho, al interior del mismo directorio muchos han terminado por aceptarlo.

“Yo creo que todos van a estar de acuerdo, bancarios y familiares. Los únicos que pueden estar en duda son los ‘pasivos’, dice el gerente general de una firma bancaria.

Sin embargo, la plaza ya contaría con los votos, esto a pesar de que aún no ha cerrado el acuerdo para adquirir un porcentaje del DCV que le permita pasar de su actual 23% a una cifra que le signifique tomar el control.

Esto, pues las corredoras bancarias estarían alineadas con la desmutualización, lo que ya implica el 33,28% de los votos, a los que se suman las participaciones de EuroAmerica, Nevasa, Jaime Larraín y LarrainVial (esta última con tres acciones al igual que Banchile), que tienen entre todas 12,48%. Así, ya tendrían 45,76% a su favor.

A esto, se adiciona el voto de Bovespa, hoy en día el mayor accionistas de la BCS con cuatro papeles equivalente al 8,32%, organismo que para muchos, en vista de su propio proceso de desmutualziación vivido hace años en Brasil, optaría por apoyar el chileno. En total, el sí ya contaría con un 54,08%.